Demetrio Carceller Arce, el primogénito de la familia más rica de Cataluña, junto a su padre, están acusados del mayor fraude fiscal de España. Gran parte de su entramado societario oculto nació hace más de 20 años en Mossack Fonseca.
La firma panameña facilitó la creación de offshores como una en el paraíso fiscal de Niue a nombre de los Carceller. Dueños de un imperio que abarca la cervecera Damm o el grupo petrolífero Disa y que están a la espera de que se vuelva a fijar fecha a su juicio oral.
En él el patriarca tendrá que explicar, entre otras cosas el porqué de su firma en documentos comprometidos. Pero en los papeles de Panamá también aparecen el resto de hermanos, Carmen, María y José tuvieron sus respectivas sociedades, aunque el juez Ruz en 2011 dio carpetazo a la causa contra ellos al no encontrar pruebas de su "responsabilidad criminal".
Unas compañías también ubicadas en Niue, el país favorito de la familia hasta 2006. Por esas fechas hicieron las maletas rumbo a Samoa, al dejar de ser fiscalmente atractivo para sus intereses.