La amiga del rey Juan Carlos también recurrió a Mossack Fonseca. Corinna Sayn Wittgenstein intentó transferir, en nombre de una sociedad radicada en el paraíso fiscal de Wyoming, 25.000 acciones a otra sociedad, INDUSTRIAL CONSULTANCY SERVICES, domiciliada en las Islas Vírgenes Británicas.

La operación se intentó realizar a través de un fideicomiso, una figura que le proporcionaría, entre otras cosas, importantes ventajas tributarias. Fue en 2003 y Corinna pretendía utilizar como intermediario otra sociedad offshore, ubicada en Gibraltar.

Pero al final el trato no se pudo llevar a cabo, Mossack Fonseca le explicó a la princesa alemana que INDUSTRIAL CONSULTANCY SERVICES no podía actuar legalmente como fideicomisaria.

Corinna facilitó como contacto la dirección de Boss & Co Gunmakers, empresa londinense para la que trabajaba, y con la que, según publicó Vanity Fair hace unos años, organizó la luna de miel de los entonces príncipes Felipe y Letizia. Un encargo que, según la revista, le hizo su amigo el rey emérito.