Castilla y León es una de las comunidades que más líderes políticos ha visto nacer, y así se desprende al comprobar la sobrerrepresentación de castellanos y leoneses en los gobiernos que se han ido sucediendo desde 1979 —tras los gobiernos de la Legislatura Constituyente—. Después de madrileños (65 miembros del Gobierno) y de andaluces (con 27 representantes), Castilla y León ha aportado al Ejecutivo nacional un total de 25 miembros a lo largo de la historia de la democracia.

Y no es sólo que la figura de los castellanos y leoneses en la política española haya sido fundamental, sino que también es destacable cuántos han desempeñado el cargo de mayor responsabilidad, el de presidente de Gobierno. De los siete jefes del Ejecutivo español que ha habido en democracia, dos han sido originarios de tierras castellanoleonesas: José Luis Rodríguez Zapatero, nacido en Valladolid, y el abulense Adolfo Suárez.

Son pocos los gobiernos que no han contado en sus filas con algún miembro de la región. En el Gobierno actual representan a la comunidad Margarita Robles, ministra de Defensa y originaria de León, y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que nació y se crio en la localidad vallisoletana de Medina del Campo.

Fuera del Gobierno también hay políticos de Castilla y León abarcando relevantes puestos. Como ejemplo, el socialista y burgalés Ander Gil, presidente del Senado.

Copa este inventario de líderes Pablo Casado, presidente del Partido Popular, que tiene orígenes palentinos aunque su carrera comenzó en la Asamblea de Madrid y ha estado principalmente orientada a nivel nacional.

Con raíces

No hace falta haber nacido en la región para sentirse parte de ella. Es el caso de la 'popular' Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Su familia es de Sotillo de La Adrada, un pueblo de Ávila ubicado a pocos kilómetros de Madrid a donde la presidenta se 'escapa' de vez en cuando, como refleja en su perfil de Instagram.

De hecho, en tiempos de confinamientos perimetrales, un micrófono captó a Ayuso hablando con Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha: "Entre Alfonso y tú me habéis roto la vida (…) Pero es que mi pueblo está en Ávila y mi familia, en Toledo", le decía, lamentando que a causa de sus cierres —de los que ella estaba en contra— no podía moverse por allí.

Por parte paterna también tiene conexión con la comunidad el exlíder de Unidas Podemos y exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, cuyo padre nació y trabajó en Zamora como inspector jefe de Trabajo y de la Seguridad Social en Zamora y como profesor universitario. Y al contrario de lo que suele ocurrir cuando los hijos siguen los pasos de sus padres, en esta ocasión fue él, Javier Iglesias Peláez, el que se sumó a la política en 2019, presentándose como concejal de Podemos al Ayuntamiento de Zamora, aunque al final no llegó porque Francisco Guarido, de Izquierda Unida, revalidó la alcaldía, en esta ocasión con mayoría absoluta.

También tiene raíces abulenses José María Aznar, pero no de las familiares. La carrera política del expresidente del Gobierno se inició en Ávila, cuando en 1982 fue designado diputado por Ávila. Más tarde, en 1987, llegaría a ser presidente de la Junta de Castilla y León hasta su elección como candidato del PP para presidir el Gobierno de España dos años después.

Polémicos empadronamientos

Curiosamente, se han dado casos de políticos sin conexión alguna con Castilla y León que se las han apañado para tenerla, consiguiendo así mantenerse en política nacional. Uno de los más sonados (y más recientes) es el del político vasco del PP Javier Maroto, quien se empadronó en Sotosalbos, un pequeño pueblo de Segovia, para poder ser senador autonómico por una región a la que no pertenece.

Su vínculo con la localidad se redujo a estar empadronado allí, un trámite que ni siquiera hizo él mismo de forma presencial. Este empadronamiento llegó un mes después de las elecciones autonómicas, y tras no haber logrado escaño como diputado por Álava en las generales.

Otro ejemplo que trajo consigo un gran revuelo y hasta una dimisión fue el del socialista Antonio Camacho, de Madrid. El 11 de julio de 2011, tras la dimisión de Rubalcaba como ministro de Interior para preparar su candidatura a la presidencia del Gobierno, Camacho fue nombrado ministro de Interior. Poco después el propio Rubalcaba le propuso en las elecciones como cabeza de lista por Zamora. La decisión llevó al secretario provincial del PSOE de Zamora, Carlos Hernández, a dimitir, expresando que se había sentido "desautorizado" en el proceso de selección de candidatos y mostrando su "dolor y frustración" por cómo hicieron las cosas desde las Ejecutivas autonómica y federal del partido.

Jóvenes políticos emergentes en la región

Castilla y León ha sido cuna de grandes personalidades de la política y sigue siendo el origen de políticos jóvenes emergentes. Los resultados del informe 'Nuevos Liderazgos', que elabora la consultora beBartlet para identificar a la nueva generación de líderes nacidos en democracia, reflejan la existencia de un total de 42 jóvenes castellanos y leoneses que han alcanzado cierto liderazgo en el mundo de la política.

Si bien la mayoría (un 38%) se encuentran en la política local, hay un 22% que han dado el salto a la política nacional, aunque solo en representación del Partido Popular y el Partido Socialista. En el Congreso de los Diputados, procedentes de Castilla y León y menores de 40 hay cinco diputados. Andrea Fernández Benéitez (29 años), Javier Alfonso Cendón (38) y Manuel Arribas Maroto (35), por el PSOE; y en el PP, Eduardo Carazo Hermoso (32 años) y José Ángel Alonso (28).

También encontramos jóvenes de la región en el Senado, exclusivamente del PP y el PSOE. Estos son Pablo Pérez Coronado (37), Rodrigo Mediavilla Pérez (31), Javier Santiago Vélez (35) y Francisco Díaz Muñoz (29).