Videojuegos online, chats privados y redes sociales en general son el principal caldo de cultivo para la captación de menores y su adoctrinamiento yihadista. En los último meses, los investigadores miembros de la lucha antiterrorista han notado un incremento en los movimientos relacionados con el terrorismo islámico. Solo el año pasado se alcanzaron los 78 detenidos por vínculos yihadistas -siendo la cifra más alta desde los atentados del 11M- en 34 operaciones. De ellos, seis eran menores de edad. Ahora, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil creen que la tendencia es al alza.

Miembros de la Unidad Central Especial de la Guardia Civil han contado a laSexta cómo desde la pandemia y el confinamiento se incrementó la actividad en la red de captadores, y cómo la edad de sus objetivos ha descendido considerablemente. "Tienen carencias religiosas y espirituales, cuando se inician en la búsqueda de su raíces religiosas, a veces, acaban consumiendo contenido más tendente al yihadismo y son mentes muy moldeables", ha asegurado a esta cadena un teniente encargado de la investigación. El acceso al material que produjo Dáesh en el pasado reciente sigue en la nube y en la 'deep web': "Ellos solo tienen que cogerla, darle el formato de la red social que elijan y compartirlo".

La nueva vía de divulgación y captación ha sido la de los juegos online. Varios de los detenidos en 2023 crearon un videojuego en el que se representa un asalto o un entrenamiento militar en un escenario de Oriente Medio. La pieza contaba con indumentaria típica de los muyahidines y un 'Nashed' (canción musulmana) con consignas terroristas sonando de fondo. En el juego se permite además la opción de hablar y chatear con el resto de participantes y sirve de herramienta para atraer a los más jóvenes al mundo de la Yihad. Por otro lado, otros de los ahora detenidos crearon un sello de propaganda y llegaron a contactar con más de 50 personas, en su mayoría menores, y algunos de otros países europeos.

El principal problema para los investigadores es que no existe un perfil de este tipo de radicalizados. "Hay extranjeros, españoles de segunda y tercera generación, conversos y de ambos sexos", ha detallado un comandante a laSexta. Es más, los padres de algunos de los detenidos ni profesan ningún tipo de religión y no saben hasta que punto de adoctrinado está su hijo. "Algunos ya había contactado con otros grupos yihadista, ya habían probado con explosivos para llevar a cabo en una acción violenta", ha precisado la fuente consultada por esta cadena.

Además, laSexta ha podido acceder a parte del material incautado en algunas de las detenciones. En sus móviles y ordenadores los menores tenían y difundían vídeos en los que se aprende, entre otras cosas, cómo apuñalar a una persona y evitar que se le oiga gritar, la fabricación de triperóxido de triacetona -más conocido como La Madre de Satán- o decapitaciones de rehenes en territorio ocupado por los terroristas.