El alcalde de València, Joan Ribó, se ha reunido este miércoles con el presidente de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata, y la presidenta de CEV-València, Eva Blasco, para plantear la posibilidad de poner en marcha en València la experiencia piloto de una semana de cuatro días y 32 horas durante abril de 2023.

Para ello, Ribó ha propuesto a los representantes empresariales trasladar la condición de día no laborable de la festividad local de San Vicente Mártir a abril, puesto que con este traslado ese mes tendría cuatro semanas completas de cuatro días laborables. En ningún caso afectaría a la fiesta de San Vicente porque en 2023 cae en domingo, detalla el consistorio.

En todo caso, el primer edil ha asegurado que se trata de un primer contacto porque en los próximos días se reunirá también con los sindicatos. "Somos conscientes que esto no se ha hecho en ningún lugar de Europa y pensamos que es importante investigarlo porque avanzar en reducir la jornada laboral es un paso adelante para cualquier trabajador", ha dicho.

Sería, ha apuntado, un estudio, "un experimento" que se realizaría desde el lunes 10 de abril hasta el lunes 1 de mayo. Hay tres lunes en que no hay trabajo: Lunes de Pascua, San Vicente Ferrer y el Día del Trabajador, con lo que cree que cabe la posibilidad de mover la condición de no laborable de San Vicente Mártir a un lunes de abril porque es un festivo local".

Ribó ha recordado que la Generalitat ha organizado varios congresos sobre la posibilidad de avanzar hacia una jornada laboral de 32 horas. "Nosotros queremos ver, sin entrar en ningún tipo de negociación colectiva entre trabajadores y empresarios porque esto no nos corresponde ni es competencia municipal -ha puntualizado-, qué le pasaría a la ciudad de València si se instaurara una jornada de 32 horas en cuatro días en la semana. Y lo podemos probar durante un mes".

Por ámbitos, se ha referido expresamente a la restauración, el turismo, el transporte, la Empresa Municipal de Transportes (EMT), la respuesta de las familias. "En definitiva, plantearse un estudio porque sabemos que hay sectores industriales importantes que están trabajando, sea telemáticamente o por objetivos, donde el tiempo no es un factor determinante y es importante ir investigando esto", ha insistido.

Y en general, el alcalde ha valorado el impacto de la medida sobre la conciliación laboral, personal y familiar porque "para cualquier trabajador reducir la jornada es un paso adelante, es un paso adelante para sus familias": "Esto no se ha hecho en ningún lugar de Europa y pensamos que es importante probarlo".

Los empresarios, dispuestos a valorarlo

Por su parte, Morata ha abogado por calcular los beneficios y costes de lo que puede comportar para las empresas. "Es verdad que esta es una ciudad abierta, mediterránea, donde cada vez tenemos más empresas en el ámbito tecnológico que deciden venirse aquí y donde su organización del trabajo puede ser diferente a la tradicional, a pesar de que es una decisión entre empresarios y trabajadores. Es importante hacer una valoración para que aquellas empresas que ya lo pueden hacer, así lo decidan", ha aseverado.

Y la presidenta de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en València, Eva Blasco, ha afirmado que la posibilidad de trasladar San Vicente Mártir habría que comunicarla a los sectores económicos para que la valoren. "La valoración, en principio, es que es una festividad que debe estar en alguno de los 365 días del año y, por lo tanto, es una propuesta a estudiar y que puede ser valorada positivamente", ha reconocido, para advertir que "lo fundamental es ver cómo se articula, sobre todo la oferta comercial".

Blasco considera así necesario hablar con los principales sectores de la patronal autonómica, el comercio y el transporte, para ver cómo articular esta propuesta, aunque ha agradecido que se les haya consultado con antelación.