El impacto de la epidemia de coronavirus en las residencias de mayores es tan terrible como innegable. Al menos 3.600 personas han muerto en estos centros por el COVID-19. Además, ya se han registrado millares de contagios en todo el territorio español. En Galicia, el principal foco se encuentra actualmente en una residencia de Ourense. Allí, más de un centenar de mayores y trabajadores han dado positivo por coronavirus.

Así lo han podido comprobar las autoridades sanitarias gallegas tras el inicio de la realización de los test generalizados, una de las prioridades de la Xunta de Galicia. A la hora de hacerlo en residencias de ancianos se ha revelado un preocupante dato. En concreto, en la residencia de Nuestra Señora de la Esperanza, en Ourense, se han dado 107 casos positivos por contagio de coronavirus.

Entre las personas que allí residen han fallecido además siete personas. Son unas cifras que se han multiplicado por cuatro en tan solo un día: de 26 afectados registrados se ha pasado a 107 que se han conocido en las últimas horas. Además, también están afectados 34 trabajadores destinados en dicho lugar.

LaSexta ha podido hablar con esos trabajadores, que han destacado que, de momento, están trabajando en la recolección de esas personas y comunicando la situación a las familias. Además, están a la espera de nuevas órdenes porque la Xunta ha decidido en otras residencias trasladar a aquellos mayores que han dado negativo para alejarlos de focos donde puedan seguir contagiándose. Eso sí, desde la misma residencia han asegurado que, a día de hoy, la mayoría de personas que allí residen siguen asintomáticos.

Residencias con 0 contagios en Cataluña

Aunque en Cataluña una de cada cuatro muertes que se han registrado por el coronavirus han tenido lugar en residencias de ancianos, según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, sí se han dado casos excepcionales en centros de mayores donde no se han registrado ningún caso.

La razón, según ha podido saber laSexta, es que en varias residencias empezaron a tomar medidas de prevención en febrero y principios de marzo. Ejemplo de ello son dos centros en Polinyà y Sant Pere de les Fonts. Allí, sus respectivos directores médicos anticiparon la situación que podría venir poco antes de decretarse el estado de alarma, y marcaron un claro protocolo de actuación con el objetivo de convertir estos lugares en auténticos búnkeres.

Desde entonces, han adquirido material sanitario tanto para familiares como para trabajadores. Además, como ejemplo de precaución, la paquetería que llega a estas residencias se queda en la puerta y se desinfecta casi de manera inmediata. Este control exhaustivo parece haber funcionado hasta ahora, pues, en el caso del centro de Polinyà, tanto los trabajadores como los 109 residentes están libres de coronavirus.