Tranquilidad en la frontera de El Tarajal. Por tercer día consecutivo se mantiene la calma en la frontera que separa Ceuta de Marruecos, aunque esta madrugada se ha tenido que lamentar la muerte de un migrante al caer desde un muro de más de 10 metros de la frontera.

Por el momento, continúa la ausencia de intentos de entrada ilegal de personas, mientras que la policía se afana en seguir devolviendo a los miles de migrantes que entraron el lunes y el martes.

En el lado marroquí del vallado no se aprecian personas que puedan estar a la espera de entrar, por lo que se han retirado de la misma línea de playa los vehículos militares instalados para contener los accesos ilegales. No obstante, en la aduana de El Tarajal sí se aprecia la presencia de militares que han ayudado a reforzar el dispositivo de control de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Mientras tanto, esta mañana la Policía Local acudía con varios vehículos a la frontera para entregar a 24 inmigrantes localizados en distintas zonas de la ciudad, principalmente en asentamientos ilegales. Estos inmigrantes han sido entregados directamente en la frontera, que está abriendo sus puertas para permitir las devoluciones de personas que accedieron a la ciudad en las avalanchas del lunes y el martes.

Esta escena devolución era presenciada por otros cuatro inmigrantes marroquíes que se han presentado voluntariamente en la frontera para regresar a su país y que estaban a la espera de que Marruecos abriera las puertas, a las 10:00 horas.

"Aquí no hay nada, no tenemos comida ni un techo donde dormir", se ha lamentado a Efe Hassan Bouchra, que es natural de la localidad de Rincón (M'diq) y que entró junto con otros dos compañeros a nado, de los cuales no tiene ninguna noticia.

"No sé si ellos habrán vuelto ya o estarán todavía en Ceuta, pero yo quiero, por lo menos, dormir bajo techo", ha dicho después de reconocer que en estos días ha estado durmiendo en un monte de la ciudad tapado con cartones.

250 menores trasladados a un polideportivo cubierto de Ceuta

Continúan los traslados de menores marroquíes. En el último, el Gobierno de Ceuta ha trasladado a un grupo de 250 jóvenes al polideportivo cubierto local Santa Amelia, que ha sido acondicionado para acoger a los niños y poder descongestionar la nave industrial de El Tarajal, a la que fueron conducidos en un primer momento.

Desde aquí, también el pasado miércoles se trasladaron a 230 menores hasta un albergue provisional en la zona de Piniers.

El pabellón de Santa Amelia ya había sido utilizado durante los primeros meses de la pandemia del COVID-19 para acoger a los menores marroquíes que estaban en las calles de la ciudad, principalmente en la zona del puerto, y que no querían dormir en el centro de acogida.

El Gobierno ceutí tiene identificados a 438 menores y ha anunciado que va a continuar el proceso de identificación en los próximos días con los aproximadamente 800 menores que finalmente fueron los que entraron en Ceuta de forma irregular en las jornadas del lunes y el martes.

El pabellón de Santa Amelia se convierte así en el segundo alojamiento de emergencia que ha tenido que habilitar el Gobierno autonómico en las últimas horas, después de haber tenido que reabrir el albergue de Piniers.