El desfile de las Fuerzas Armadas ha dejado ver a un distendido presidente del Gobierno con las nuevas anfitrionas del desfile: la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, y la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, que posaban con una amplia sonrisa justo antes de que el himno nacional haya sonado por primera vez en la plaza de Neptuno.

A pie de coche, Rajoy ha recibido a los Reyes y a sus hijas, que tras pasar revista, saludaron al resto de autoridades. Los miembros del Gobierno acudieron casi al completo, ya que sólo fataron los ministros Margallo y de Guindos.

Además, 14 de los 17 presidentes autonómicos también estuvieron en el acto, de los cuales nueve debutaban. Pero no todo fueron asistentes, y es que también hubo ausencias anunciadas de antemano, como la  de Artur Mas, Pablo Iglesias y los presidentes del País Vasco y Navarra.

A los tradicionales homenajes  a las bandera y a los caídos por España siguió la exhibición aérea mientras la lluvia daba una tregua. En la tribuna de invitados se pudieron observar confidencias entre el portavoz popular y el líder de la oposición.

El desfile militar este año ha costado 800.000 euros, y entre lo más comentado, la presencia de Pablo, la cabra de la legión. Un momento que la reina no dejó de comentar con sus hijas.