En la visita del papa a Valencia sobrevoló permanentemente un espíritu: el del derroche. No es que no se escatimara en gastos, sino que cualquier partida destinada a la organización era inflada exponencialmente respecto a las previciones iniciales. Como ocurrió, por ejemplo, con la factura de las macropantallas de la televisión valenciana.
"Nos presupuestaron más de 200 trabajadores y pedimos 80", afirma un extrabajador de Canal 9. Un dinero que, por cierto, acabó en la caja de las empresas de la Gürtel. La orden era que el acontecimiento impulsado, entre otros, por Francisco Camps y Rita Barberá se organizara por todo lo alto. Y quien velaba por ello, era este hombre, Juan Cotino, el "alma mater".
Pero lo que pasó con las pantallas es sólo un ejemplo entre tantos. Se contrataton 7.000 urinarios por 2,65 millones de euros cuando en Fallas, con más afluencia, no pasan de 300. Y se gastaron tres millones y medio de euros en mochilas del peregrino. Partidas, por cierto, que incluían donativos a la propia fundación que lo organizó todo. Desde Compromís, Mónica Oltra ha denunciado que "hay un agujero de ocho millones que no sabemos quién va a pagar".
El Gobierno valenciano cree que aún no ha llegado el momento de hablar de esto. Su portavoz, José Císcar, ha afirmado que "no tenemos todavía ninguna comunicación judicial, y el gobierno actuará siempre en base a decisiones judiciales". La documentación en poder del juez apunta a que la fundación 'V Encuentro' se gastó en la visita del papa casi 30 millones de euros.