Este viernes, 9 de abril, es el último día en el que se aplican las restricciones comunes planteadas para las pasadas vacaciones de Semana Santa. No obstante, el aumento de la incidencia de los últimos días ha hecho que la gran mayoría de regiones, a pesar del fin del decreto, opten por cerrarse en banda y aguantar unos días más las limitaciones.

Este es el caso de todas las autonomías salvo dos, que sí se han animado a levantar los cierres: Madrid y Canarias —esta última, eso sí, con Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura confinadas; es decir, donde reside la mayor parte del archipiélago—. También es particular el caso de las Islas Baleares, que si bien no abren desde mañana, sí permitirán las salidas y entradas desde el próximo lunes, 12 de abril.

En la otra cara de la moneda están las decisiones de comunidades como Cataluña, Castilla y León o la Comunidad Valenciana. En el caso de la primera, desde este viernes y hasta el 19 de abril, vuelve el confinamiento perimetral comarcal con carácter general, hasta para las burbujas de convivencia, por lo que se pretende evitar desplazamientos durante los fines de semana.

Algo parecido ocurre en la regiones castellano-leonesa y valenciana, aunque con el conjunto del territorio, no por provincias ni comarcas. Así, el Gobierno presidido por Alfonso Fernández Mañueco ya ha adelantado que su autonomía será un búnker hasta el fin del estado de alarma (9 de mayo), mientras que desde Valencia, Ximo Puig no se plantea levantar los cierres, como mínimo, hasta el 4 de mayo, cuando tenga lugar una Comisión Interdepartamental concreta para tratar este tema.

El resto de regiones, por el momento, cerradas

Si bien Madrid se ha animado a liberar sus fronteras con carácter general, el resto de autonomías han tomado una actitud más conservadora, especialmente ante los datos actuales (ayer mismo, el Ministerio de Sanidad registró la incidencia más alta desde el pasado 1 de marzo).

Así, por ejemplo en Andalucía, se mantendrán los cierres actuales como mínimo dos semanas más, así como el resto de restricciones y las limitaciones al movimiento en los municipios con mayor tasa de incidencia.

En Castilla-La Mancha también cierran, aunque levantando ligeramente el pie en algunas normas: desde este sábado el toque de queda se retrasa hasta la medianoche, el máximo permitido por el decreto del estado de alarma.

En Navarra, una de las regiones más afectadas por la oleada post-Semana Santa, el Tribunal Superior de Justicia ha autorizado la orden foral que prorroga hasta el 22 de abril el cierre perimetral, así como el resto de medidas. En el País Vasco han seguido el mismo camino, donde los contagios han comenzado a poner en jaque la tranquilidad previa y han llevado al cierre de las provincias de Álava y Vitoria desde el pasado miércoles.

Junto con eso, Aragón y Cantabria también han mostrado sus razones para mantener el hermetismo: la primera prevé endurecer las restricciones en el interior de la hostelería y en los aforos de eventos, mientras que la segunda publica este viernes en su boletín oficial una prórroga del confinamiento. Sin embargo, se desconoce hasta cuándo estará vigente.