El expresidente de Caja Madrid entre 1988 y 1996, Jaime Terceiro, ha manifestado que las tarjetas creadas bajo su mandato eran "exclusivamente" para gastos de representación de los consejeros de la extinta caja y ha apuntado que su procedimiento era "el más transparente" que existía.

En el marco de la undécima sesión del juicio de las tarjetas que sienta en el banquillo de los acusados a 65 exaltos cargos y directivos de la entidad por el uso presuntamente fraudulento que hicieron con sus plásticos, Terceiro, que presta declaración en calidad de testigo, se ha referido al acuerdo del consejo de administración de 1988 en el que se estipulan las condiciones de las visas.

Las retribuciones de los miembros del consejo de administración eran de 1.800 euros al año en dietas, mientras que para los miembros de la comisión ejecutiva era de 9.000 euros al año, según ha recalcado el antecesor de Blesa al frente de la entidad, quien ha agregado que se consideró oportuno modificar el sistema de compensación de gastos en 1988.

"Se concedió una tarjeta a cada miembro de la comisión de administración y control sobre la base de este acuerdo del consejo que tenía un límite técnico y que era de 600 euros. Hubo afirmaciones que dicen que ese límite se había cambiado con los años y eso es radicalmente incierto", ha expresado Terceiro.

Además, ha agregado que con ninguna visa de las que se concedieron se podía sacar dinero en metálico desde un cajero y al respecto ha precisado, contradiciendo a algunos de los acusados, que "no solo no se daba el pin, sino que ni siquiera se emitían los números correspondientes a las tarjetas de empresa".

A preguntas del fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón Terceiro ha explicado que su remuneración era de 168.000 euros cuando llegó a Caja Madrid y de 254.000 euros cuando la abandonó en 1996. Todo ello se cobraba en doce mensualidades y estaba incluido en su IRPF.