Con las elecciones asomando, es momento de sacar toda la artillería. Tentempiés, besos, más besos, abrazos... los políticos hacen parada técnica allí donde algunos votantes discuten de política: el bar. También pisan donde no suelen pisar: la España rural.

Esa España cada vez más vacía y envejecida reparte 103 escaños del Congreso. "La reserva india del bipartidismo", asegura el politólogo Pablo Simón.

En 28 circunscripciones electorales donde se asignan entre uno y cinco escaños ha dominado, hasta ahora, el PP. La división a la derecha podría acabar con su hegemonía en provincias como Ávila, Segovia, Teruel o Guadalajara.

"Si el PP pierde en torno a un tercio de los votos, que se dividen entre Cs y Vox, es posible que parte de estos votos se quede sin representación y que, paradójicamente, allí la fuerza más votada sea el PSOE", añade Simón.

En circunscripciones como Cuenca, donde el PP no pierde desde 1989, la apelación al voto útil se oirá más que nunca. "Hay que unir el voto para unir a los españoles", decía en enero Pablo Casado.

"Esta es una estrategia que tradicionalmente había seguido el PSOE contra IU, pero por primera vez la vemos aplicada dentro del centro derecha", explica Simón.

No obstante, los expertos señalan que lo importante no sólo es quién gane, sino qué bloque termina sumando.

"Puede ser que en algunos sitios le convenga al PSOE y en otros sitios convenga a la derecha, que actúa como si se reprodujera la situación de Andalucía", apunta Jaime Ferri Durá, profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense.

Donde no suele haber sorpresas, podría haberlas. "La derecha podría lograr mayor porcentaje de votos que la izquierda, pero menos diputados", subraya Pablo Simón.

El voto va a bailar hasta el último minuto.