Esperanza Aguirre lleva más de veinte años en la primera línea, desde que, en 1993, se convirtiera en ministra de Educación y Cultura con Aznar. Un cargo en el que, por cierto, le sucedió Mariano Rajoy.
Fue también presidenta del Senado durante tres años, cambió los trajes de alta costura por la ropa low cost. Con una imagen más cercana se presentó a las elecciones autonómicas en 2003, y se convirtió en la primera mujer al frente de un gobierno regional.
A Aguirre también la hemos visto vestida de chulapa. También, como forofa de fútbol, y con casco en el Metro de Madrid.
Pero Esperanza también ha sido una superviviente nata, tanto en su partido como en la vida real. En 2005 sobrevivió a un accidente de helicóptero en el que viajaba también con Mariano Rajoy. Y tres años más tarde, salió ilesa y en calcetines tras los atentados en Bombay.
Aunque ella no siempre ha sido la víctima. En 2014, la vimos arrollar la moto de un agente de movilidad en plena Gran Vía.
El juez archivó la causa y, cuando parecía que todo iba sobre ruedas, su sueño de llegar a ser alcaldesa de Madrid se iba quedando atrás. Hace unos meses topó con un obstáculo que no pudo rebasar: Manuela Carmena.
LLeva 32 años en política. Quién sabe si volverá de nuevo a la primera línea o se marchará definitivamente.