El entorno laboral es uno de los principales determinantes de la salud mental de las personas. Así se desprende del último borrador de Estrategia de Salud Mental, que se debatirá la próxima semana con las comunidades autónomas.

"El trabajo es beneficioso para la salud mental. Sin embargo, unas exigencias negativas del trabajo y sus condiciones pueden significar un riesgo para la salud de las personas trabajadoras. Se trata de una cuestión objeto de preocupación para los empleadores, trabajadores y los gobiernos de todo el mundo", es lo que recoge el nuevo documento elaborado por el Ministerio de Sanidad.

El texto, un borrador en el que el Gobierno ha sumado algunas aportaciones de expertos, debe aprobarse de forma definitiva en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Además, en la cartera de Sanidad trabajan para tenerlo acordado antes de finales de año.

En un epígrafe específico sobre el trabajo, señalan que los cambios que se están dando en la actualidad en lo que a la organización laboral se refiere, "pueden dar lugar a problemas de salud mental". Así las cosas, sitúa como aspectos clave "el teletrabajo, el empleo de las tecnologías de información y comunicación, el incremento en el volumen y velocidad de información o la utilización creciente de la externalización y la subcontratación".

Según recoge el informe, tras las enfermedades osteomusculares, la segunda causa de baja laboral, temporal y permanente, la ocupan los problemas de salud mental. Además, sitúan la incidencia del acoso laboral en España entre el 1,4% y el 2,9%. Es por ello que la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud para los años 2022-2026 pone el acento en la necesidad de mejorar los entorno laborales desde un triple enfoque: reducir los factores de riesgo, desarrollar los aspectos positivos y las cualidades y capacidades de los empleados y tratar de solucionar los problemas de salud mental, con independencia de su causa.

La próxima semana está previsto que se reúna el comité institucional de esta estrategia con representantes de las comunidades para repasar el contenido del documento tras las "aportaciones" de la consulta pública, según ha informado este miércoles la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, que ha invitado a tener la "tranquilidad de que la salud mental nos preocupa a todos". El último texto que baraja el Ministerio para su aprobación antes de finales de año mantiene las diez líneas de acción del anterior borrador, aprobado en junio, que son las siguientes:

1. Autonomía y derechos

El Gobierno se compromete a garantizar la autonomía y la independencia de las personas con problemas de salud mental, erradicar la discriminación y favorecer la inclusión social, y se compromete a "reducir al mínimo las intervenciones involuntarias sobre personas con problemas de salud mental" y buscará su progresiva eliminación. De hecho, la estrategia recomienda implementar un registro del uso de las contenciones y otras prácticas coercitivas y hacer un seguimiento de su evolución y de su impacto con el objetivo de reducirlas.

2. Prevención

Disponer de un plan integral de promoción de salud mental y de prevención de los trastornos mentales es una de las principales recomendaciones a las administraciones, a las que invita también a realizar estudios del "impacto en la salud" tanto física como mental de aquellos proyectos que para ser aprobados requieran una declaración de impacto ambiental. Prevenir el estrés laboral, las situaciones de acoso y los trastornos mentales asociados al trabajo es otra de las líneas que se señalan en prevención, además de promover la salud mental en los colegios o en los centros penitenciarios.

3. Suicidio

Aunque no sucede así en todos los casos, alrededor de un 80% o un 90% de los suicidios están asociados al trastorno mental, y las conductas suicidas constituyen uno de los problemas más importantes de salud pública en Europa y todo el mundo, que, para ser afrontado, requiere una detección precoz. Para ello, la estrategia plantea dotar a los profesionales de herramientas que permitan identificar las conductas suicidas, promover el seguimiento clínico e implantar un código de riesgo en las historias clínicas.

También se propone garantizar que el informe de alta llegue al médico de Atención Primaria y al Centro de Salud Mental con el fin de asegurar la continuidad de los cuidados necesarios y ofrecer a las familias recursos de actuación en caso de un nuevo episodio, así como apoyo psicológico urgente en el caso de fallecimiento de un familiar. "Desarrollar una red de atención telefónica eficiente, coordinada e integrada para mejorar el abordaje a la persona con riesgo suicida" es otro de los objetivos de la estrategia.

4. Salud mental comunitaria

"La atención a la persona con problemas de salud mental implica el desarrollo de un conjunto de servicios adecuados a las diversas necesidades singulares de cada persona. Para ello hay que tener en cuenta las características, orígenes, intensidad del sufrimiento psíquico, el contexto y los diversos factores que influyen sobre la salud y su dificultad", recoge esta línea estratégica que pide poner en el centro las necesidades individuales de cada enfermo.

5. Salud mental en la infancia y la adolescencia

El documento pone el foco en la prevención y detección precoz de los problemas de salud mental "en la etapa de la infancia y la adolescencia". Algo que, aseguran, "representa una prioridad para todos los agentes sociales". Destacan la necesidad de promover los factores protectores como la resiliencia y asegurar la accesibilidad al apoyo de la salud mental en el ámbito educativo; diseñar actuaciones para sensibilizar y prevenir sobre el abuso de las tecnologías y las conductas adictivas sin sustancias (ciberadicción y ciberacoso) o incluir programas de prevención en entornos familiares disfuncionales que permitan identificar situaciones de abuso, violencia, maltrato o vulnerabilidad, son algunos de los objetivos.

6. Intervención familiar

"Las actividades de intervención familiar contemplan a la familia y su entorno como elemento activo en la recuperación psicosocial de la persona con problemas de salud mental". Así lo indica el informe del Ministerio, que reconoce la necesidad de que los familiares y allegados del enfermo tengan información, asesoramiento y recursos. Además de la formación para las familias, se promoverá el cuidado y la atención del enfermo en el propio domicilio y se garantizará el acceso de las familias a equipos de atención domiciliaria que realicen un seguimiento, evaluación y apoyo personalizado.

7. Coordinación

Las personas con problemas de salud mental pueden presentar necesidades para cuya cobertura se requiere del aporte de otros ámbitos externos al de la salud. Por ello, es importante conseguir niveles de cooperación entre profesionales, instituciones y sectores que faciliten la creación de una red que sostenga el cuidado y garantice su derecho a una atención coherente y debidamente articulada.

En este sentido plantea implementar con otros organismos, organizaciones y redes asociativas programas transversales y específicos; incorporar la coordinación entre los recursos públicos y los de estas redes o promover desde las administraciones el asociacionismo facilitando la información desde los servicios de Atención Primaria.

8. Participación de la ciudadanía

En este apartado se propone facilitar la participación de los agentes sociales y representativos en las estrategias y planes de salud mental; y establecer en cada comunidad mecanismos de participación de los movimientos asociativos, las sociedades científicas y profesionales relacionados con la salud mental en el diseño, planificación y evaluación de los servicios.

9. Formación

Sanidad considera preciso incrementar el conocimiento de los profesionales, tanto de salud mental como de atención primaria, sobre la evidencia de las diferentes terapias a través de iniciativas docentes a cargo de las autoridades sanitarias. Una formación que habrá de realizarse garantizando la inexistencia de conflictos de intereses, en especial, la relacionada con el uso de medicamentos.

El borrador habla de un modelo de formación centrado en la persona y en el fomento de su autonomía y sus derechos. Y, Además de promover una específica de los diferentes profesionales del ámbito de la salud mental, plantea hacerla también fuera del ámbito profesional sanitario como servicios sociales, educación, justicia, trabajo, instituciones penitenciarias y medios de comunicación.

10. Investigación, Innovación y Conocimiento

Por último, considera que hay que establecer líneas de investigación interdisciplinarias en salud mental, incorporando la perspectiva de género en todas ellas y desarrollando estudios sobre los factores socio-familiares de estas personas.