El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha estrenado el año en el Congreso sacando pecho de su gestión de la crisis, de proteger a la "mayoría social", de exigir más a quienes más se benefician, de exportar soluciones a Europa y de que, en importantes foros como el celebrado en Davos (Suiza), la élite de la economía global pregunte por las soluciones españolas a la pandemia y a las consecuencias de la guerra en Ucrania.

Sánchez ha comparecido ante el Congreso de los Diputados para dar cuenta de los Consejos Europeos de final de año y de las medidas adoptadas para hacer frente a la subida de los precios, un ambiente propicio para defender los hitos del Ejecutivo de coalición y hacer paralelismos con lo sucedido en la década anterior. El año electoral se respiraba en el pleno del Congreso y el discurso del jefe del Ejecutivo se ha trufado de críticas más o menos a la oposición de derecha y extrema derecha.

"Nosotros como Ejecutivo gobernamos para toda la ciudadanía pero, si hay que priorizar, el Gobierno lo tiene claro: gobernamos para esa mayoría social tantas veces relegada durante los peores años de la crisis económica", ha subrayado Sánchez desde la tribuna del Congreso.

Así, el presidente ha comparado la respuesta social frente a la "fracasada" respuesta neoliberal de la década pasada, un "legado de cenizas", en sus palabras. Ha reivindicado la subida de las pensiones actual frente a la congelación de las jubilaciones mientras se rescataba a la banca; la subida del salario mínimo interprofesional "mientras los dirigentes gubernamentales cobraban sobresueldos en A y en B".

"Hoy España exporta soluciones"

A las puertas de un 'superaño' electoral, con comicios locales y autonómicos en mayo y generales en invierno, Sánchez ha reforzado su perfil más de izquierda con críticas a bancos y energéticas, los otros dos objetivos de sus críticas junto a los conservadores: "Vamos a poner todos los recursos del Estado al servicio de la mayoría social y no al revés, mucho menos al servicio de una minoría privilegiada mientras se condenaba al 'sálvese quien pueda' al resto de la gente".

El líder del Ejecutivo ha advertido desde la tribuna de "reaccionarios" y "apocalípticos", en clara referencia a la oposición del PP y Vox, a quienes ha acusado, incluso, de minar el proyecto europeo debido a la respuesta neoliberal de la crisis de 2008.

"Esto no se trata de tener conocimientos idiomáticos o no. Se trata de dar batallas en Europa y ganarlas. Hoy España exporta soluciones, a diferencia de hace diez años donde si importábamos algo eran rescates al sector financiero y recortes al Estado del Bienestar", ha deplorado.

Porque Sánchez ha defendido su papel en Davos, cuando le preguntaron por el éxito de las recetas españolas, y el liderazgo de nuestro país en materia energética como principales bazas de cara a esta campaña electoral que ya ha comenzado. Con todo, ha reconocido que "algunas resistencias" eran "previsibles", como las de las corporaciones energéticas y financieras por los nuevos tributos. "Otras resistencias eran más inexplicables, como las de aquellos que maniobraron para que esas medidas de justicia social no prosperaran en Bruselas", ha dicho, apuntando al PP que calificó de "timo ibérico" una medida que, ha dicho Sánchez, ha ahorrado más de 4.500 millones de hogares.

Contra ese discurso reaccionario y relacionado con el polémico protocolo antiabortista de Castilla y León, el presidente del Gobierno ha advertido: "Los derechos conseguidos no se cuestionan, se acatan y se ejercen. Si a otros, por cálculos poselectorales, les tiemblan las piernas, les digo que al Gobierno jamás le va a temblar la mano y no vamos a ceder ni un milímetro".

Gamarra: "Son ustedes un pato cojo"

La secretaria general y portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha sido la encargada de dar la réplica a Sánchez ya que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, no es diputado. Gamarra ha calificado de "errático" el balance presentado por Sánchez, a cuyo gobierno ha calificado de "pato cojo", como se dice en EEUU a los Ejecutivos que ya están en funciones, y cuyas políticas son caóticas. "Su relato es ofensivo", ha dicho, para quienes están en paro o sufriendo los envites de la guerra.

Gamarra ha comenzado su intervención recordando la ley del solo sí es sí -"Señor Sánchez, su feminismo es mentira", ha reprochado- y la reforma de la sedición y la malversación -"De nuevo, los delincuentes se benefician de su política"-, hasta que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la ha llamado a la cuestión. Entonces, y utilizando un argumento común por la izquierda, ha intentando vincular al Ejecutivo con Viktor Orbán, el líder húngaro, y Marine Le Pen, al relacionar sus decisiones en Europa.

"¿Va a enviar carros España o se va a alinear con Orbán?", ha cuestionado la 'número dos' popular, argumentando la dependencia española del gas ruso. "Rectifique, señor Sánchez, y ponga a España donde tiene que estar, con los aliados que buscan derrotar a Putin y no con quienes buscan blanquearle, como son sus socios de Gobierno", ha reprochado Gamarra.

Rufián: "En Davos parece el Ché con corbata"

La imagen que Sánchez ha usado para contrarrestar a los "profetas apocalípticos" de la derecha, la de los aplausos en Davos, no ha gustado a sus habituales socios de Gobierno. Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, ha aprovechado su intervención para hacerle al presidente una "crítica constructiva": "Las fotos en política son importantes y usted ha hablado de la gene que no llega a final de mes. ¿Qué cree esa gente cuando le ven en una foto con fondos buitre?", se ha cuestionado el representante de los 'comunes'.

Más allá ha ido el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que siempre da una de cal y una de arena al Ejecutivo. "Está muy bien que usted en Davos parezca el Ché con corbata", ha ironizado, para después reclamarle la subida del SMI a 1.000 euros, una reforma fiscal y una ley de vivienda efectiva.