El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido en un corrillo con periodistas que se reunirá "varias veces" con Carles Puigdemont, si bien no ha explicado cuándo se producirá el primero de estos encuentros. El presidente ha asegurado que estas reuniones se enmarcan en los coherente "con el proceso de normalización" y que también lo hará con el líder de ERC, Oriol Junqueras.

Sánchez ha insistido en que, además, no habrá una sola entrevista, sino que serán varias y que, por tanto, la foto con ambos líderes políticos se va a producir "varias veces". El jefe del Ejecutivo ha asegurado que desconoce si la primera cita se dará antes o después de la aprobación de la ley de amnistía, si bien ha reconocido que "el escenario ideal sería que la reunión con Puigdemont fuera después de que se apruebe la ley".

El presidente ha rechazado que exista preocupación en las filas socialistas por la posibilidad de que estos encuentros repercutan en el voto de los españoles. Así, ha asegurado que no le preocupa el coste electoral, y ha recordado que en los últimos comicios, después de la tramitación de los indultos a los líderes del procés, ganó más de un millón de votos.

Es la primera vez que el presidente del Gobierno reconoce que habrá encuentro con el líder de Junts. El pasado jueves, Sánchez evitaba pronunciarse asegurando que su agenda "es pública". Sin embargo, Jordi Turull, secretario general de Junts, reiteraba que la cita se daría "próximamente" y en el "extranjero" para que ambos líderes mantuvieran una conversación sin fotografías ni logos de partido, y sin mediador.

El anuncio de Turull llegaba apenas 24 horas después de que Sánchez y Puigdemont se cruzaran en el Parlamento Europeo. Aunque evitaban saludarse, sí se dirigieron algunas palabras desde la tribuna en su turno de palabra. No obstante, declinaban gestos de entendimiento.

De hecho, ya han pasado 7 años desde la última vez que Pedro Sánchez y Carles Puigdemont se vieron con cámaras. Fue en el año 2016, cuando el ahora presidente del Gobierno español estaba en la oposición y se reunió con el entonces President de la Generalitat para "normalizar relaciones" y, entonces ya, "abrir una etapa de deshielo". En esa reunión se habló de reformar la Constitución y el Estatut. Además, Puigdemont cuenta en su autobiografía que le exigió un referéndum, pero que Sánchez se negó.

Un año después, en agosto de 2017, meses antes del 1 de octubre, volvieron a encontrarse para celebrar una comida sin fotos ni cámaras en Barcelona en la que no hubo avances, ya que cada uno mantuvo su postura sobre el referéndum. Ahora, se emplazan a un encuentro que "normalice" sus relaciones tras ser clave para la investidura del presidente.