El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha admitido este domingo que se ha quedado "muy solo" a la hora de pedir que las manifestaciones de esta semana en Barcelona se desarrollen por la vía pacífica: "La soledad del conseller de Interior es enorme", ha asegurado.
En declaraciones a Rac1, Sàmper ha afirmado que, bajo su punto de vista, ha faltado "contundencia" de "todas las fuerzas políticas y sociales" para pedir que las protestas a favor de la libertad del rapero Pablo Hasél no derivasen en disturbios, y ha añadido que lo que ha ocurrido en Cataluña desde el martes "no es derecho de manifestación".
"Ha habido ciertas conductas no recriminatorias de cómo se estaban ejerciendo estos derechos fundamentales", ha indicado el conseller, que ha insistido en sacar al cuerpo de Mossos d'Esquadra de cualquier posible negociación para la formación de un nuevo Govern.
Ayer, la quinta noche de protestas en Barcelona por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél se saldó con disturbios y saqueos en decenas de tiendas del centro de la ciudad, sobre todo del paseo de Gràcia, y con daños en el edificio modernista del Palau de la Música.
Sàmper también ha afirmado que no consta ningún lesionado como consecuencia de la carga policial de anoche de los Mossos d'Esquadra en la calle Gran de Gràcia de Barcelona, en la que encapsularon a los manifestantes en el centro de la misma, lo que produjo una situación de apiñamiento.
Sobre estos hechos, Sàmper ha dicho que se hizo una "mínima autorización" del uso de la fuerza durante un minuto y que se revisará la actuación "si se tiene que revisar": "Cualquier acción de orden público es desagradable", ha señalado.
Preguntado por si es partidario de retirar los proyectiles de foam del armamento antidisturbios de los Mossos, Sàmper ha afirmado que alguien "le tendrá que convencer" de "cuál es el mejor modelo" de orden público para una sociedad determinada, aunque ha insistido en su voluntad de abrir un debate en el Parlament sobre dicho modelo.