Según se desprende de las nuevas grabaciones telefónicas, Enrique Ortiz, "el conseguidor" tiene claro su objetivo en la vida: "Creo que para Alicante es de puta madre y si aparte de eso gano pasta, pues de puta madre".
En otra de las grabaciones, se aprecia cómo se negoció el pelotazo urbanístico de la implantación de Ikea en terrenos de Ortiz. El empresario llama al responsable de la compañía sueca en España y le dice que si puede hablar un momento.
No siempre había buen rollo entre los que se repartían el pastel alicantino. En una ocasión el exalcalde Díaz Alperi llama a Ortiz muy enfadado porque el empresario había financiado con 70.000 euros en proyectos solidarios en el Sahara.
Enrique Ortiz se disculpa explicando que Javier Cartagena, su enlace solidario, era un hombre de su confianza. Las grabaciones policiales sugieren que en Alicante ni siquiera los proyectos solidarios se libran de ser usados como arma política.