Los precios están disparados y los salarios, en cambio, no suben al mismo ritmo. Esto, en la práctica, supone que somos más pobres que hace un año. Pero es que, si nos comparamos con el resto de Europa, además vemos que en la mayoría de países los sueldos crecen más que en el nuestro: estamos los quintos por la cola en el ranking del segundo cuatrimestre del año, según datos de Eurostat. Un desfase entre el coste de la vida y los salarios que impacta, y mucho, en la vida de los ciudadanos.

A Jesús, que se dedica al mantenimiento de trenes, este año le han subido el salario 60 euros al mes por un cambio de convenio. A José María, 30 euros mensuales más. Pero son muchos los que no han visto aumentar en absoluto su nómina a pesar de la inflación. Luis y su pareja, por ejemplo, son médico y enfermera. Tienen tres hijos y para ganar más dinero doblan turnos y alargan sus jornadas. "Nuestra jornada no es de 40 horas, al final con guardias y demás es de muchas más horas para poder llegar a fin de mes", explica.

Así las cosas, España es el quinto país europeo donde menos suben los sueldos: un 2,6% de media, cuando la inflación alcanza el 10,5%. Dicho de otra forma, hoy somos, de media, un 7,9% más pobres que hace un año.

Un contexto en el que los sindicatos reclaman subidas salariales, pero la patronal lo rechaza argumentando que esto provocaría más inflación, mientras el Gobierno pide a los empresarios que colaboren. No obstante, el economista Gonzalo Bernardos sostiene que "aquí nadie puede decir que los salarios están generando inflación".

En comparación con nuestros vecinos más inmediatos, en Francia los salarios han subido un porcentaje similar al de España, pero con una inflación menor, y en Portugal, con un incremento de precios como el nuestro, los sueldos han crecido en mayor medida. España queda así en peor lugar que nuestros vecinos en pérdida de poder adquisitivo e, incluso quienes vieron incrementado en enero su salario por el IPC, hoy pueden comprar menos.