Siete años después de sus gastos 'black', Rodrigo Rato llega a la puerta de la cárcel para pagar los cargos derivados de su tarjeta.

Tranquilo, correcto con la prensa y conservando las dotes para la dirección de las que hacía gala antaño. El exvicepresidente de Aznar incluso se ha permitido bromear.

Luego ante los micrófonos ha sido rápido. "Acepto mis obligaciones con la sociedad, asumo los errores que haya podido cometer".

El hombre que dirigió el FMI se ha abonado a la petición de perdón. "Pido perdón a la sociedad y a aquellas personas que se hayan podido sentir decepcionadas o afectadas", ha añadido.

A Rato le espera una condena de cuatro años y medio mientras pesan sobre él dos investigaciones más.