Mientras Rodrigo Rato triunfaba en la vida pública como flamante vicepresidente del Gobierno, manejaba en la sombra negocios presuntamente ilícitos que ahora investiga la Guardia Civil.

La cara A era la de un ciudadano intachable, pero según publica 'El Mundo', también había una cara B en la que blanqueó dinero y escondió al menos 7 millones de euros en sociedades opacas en el extranjero. Unas cantidades que nunca declaró hasta 2013, año en que se empezaron a endurecer las sanciones desde el Gobierno.

Frente a los focos, Rato era un ejemplo a seguir, pero en la sombra facturó hasta 31 millones de euros de una sociedad opaca en su etapa como director del FMI. Era tratado como un 'dios', según desvelan los emails que cruzaba con su exsecretario de Estado, quien se dirigía a él como "querido Zeus".

Cuando llegó a dirigir el Fondo Monterario Internacional, usaba su cuenta de correo del organismo para ordenar operaciones de blanqueo. Solo abandonó su cargo cuando le descubrieron.

Un hombre de prestigio incuestionable, según decían desde el PP, al que se le acumulan las acusaciones por fraude y blanqueo de dinero que negó en laSexta Noche, pero que tendrá que probar ante la Justicia.