Rita Barberá ha iniciado el curso político un poco desubicada en el Senado, colocando su bolso en su nuevo sitio, un poco apartada y entre dos escaños sin asignar. Sin embargo, tras conversar con excompañeros del Partido Popular, ha decidido sentarse con ellos.

Una vez ahí, ha podido escuchar cómo el resto de senadores se acordaba de ella a raíz de la proposición sobre regeneración democrática que se debatía en la cámara y que había sido presentada por el PP.

Ramón Espinar, portavoz de Unidos Podemos en el Senado, ha pedido a la exalcaldesa valenciana que, "por respeto" al Senado "y a una imagen ya bastante maltrecha", "deje el escaño". El resto de grupos también han criticado que Barberá continúe en el Senado.

Francesc Antich, senador del PSOE, ha lamentado la "gran distancia entre lo que el Partido Popular predica y lo que hace realmente" y Josep Lluís Cleries i Gonzàlez, Senador del Grupo Mixto (CDC), ha dicho que, para el PP, la regeneración "es pasar sus problemas al Grupo Mixto en lugar de asumirlos".

Ella, por su parte, se ha reunido con sus compañeros del Grupo Mixto antes del pleno y les ha comunicado su renuncia a la portavocía del mismo. "Nos ha dicho que renunciaba a ser portavoz del grupo cuando le tocara y que le permitiéramos que abandonara la reunión para que pudiéramos debatir", ha indicado Xavier Alegre, portavoz del Grupo Mixto en el Senado (C's).

Por ello, Rita Barberá cobrará "600 y pico euros" únicamente, tal y como ha indicado Carles Mulet, portavoz adjunto del Grupo Mixto (Compromìs), en lugar de los 2.300 euros que hubiera cobrado por el puesto de portavoz. En total, Barberá cobrará 5.333 euros al mes.