Cientos de personas caminan como hace años lo hicieron sus antepasados en una marcha con cánticos que, a diferencia de aquel febrero de 1937, les ha permitido llegar a su destino. "Sufrí mucho porque no pude tener un padre que me educara", cuenta Francisco Ortega, presidente de Memoria y Libertad que perdió a su padre en la masacre de la Desbandá.

Llegan a Almería tras diez días caminando desde Málaga. Bajo el eslogan 'Paso a paso, nombre a nombre', homenajean a cada una de las entre 3.000 y 5.000 víctimas que fallecieron en la carretera que une las dos provincias andaluzas, huyendo de la guerra. Por cuarto año consecutivo, la asociación 'La Desbandá' les recuerda.

"Allí bombardearon y murieron ellos: Rocío, Fermín... Me pongo muy nerviosa con esto", recuerda Carmen Tejero, superviviente de aquel terrible ataque. Conocida como la mayor masacre de la Guerra Civil, la Desbandá también se caracteriza por ser uno de los acontecimientos de la historia de la guerra con más incógnitas.

"Necesitamos verdad: culpables, dónde están las fosas de los que cayeron en la carretera", reclama Rafa Morales, presidente de la Asociación 'La Desbandá'. Reivindican una investigación a la Dirección General de Memoria Histórica que les ayude a cuantificar e identificar a las víctimas y las responsabilidades por la masacre.

Se estima que por esos 240 kilómetros huyeron más de 300.000 personas. Escapaban de una Málaga recién ocupada por el bando sublevado a una Almería aún republicana. Aun a día de hoy, la N-340 aún se recuerda como "la carretera de la muerte".