Las vacaciones escolares de noviembre en Cantabria han sido aplazadas a finales de curso con motivo de la pandemia de coronavirus. Miguel Ángel Revilla considera que los "niños están más seguros en los colegios" que distribuidos por toda la región sin asistir a clase.

Y es que, a juicio del presidente cántabro, sería más peligroso que estos estudiantes se desplazaran por toda la comunidad para "ir a casa del abuelo o del tío". Algo que, según ha apuntado en 'Espejo Público', "movilizaría a 120.000 personas, entre padres y alumnos".

Por ello, ha decidido trasladar estos días no lectivos a finales de curso, en el mes de junio, cuando esta crisis sanitaria pueda estar más estabilizada y los contagios se hayan reducido de manera considerable. "Estos niños tendrán cinco días más de vacaciones a final de curso", ha dicho. Los sindicatos se han opuesto a esta medida y han convocado una propuesta.

Respecto a un posible confinamiento ante el aumento de casos, Revilla ha reconocido que "la evolución es muy mala", pero ha advertido de que "si volvemos a otro parón de la economía como el de marzo, la catástrofe económica puede ser más dañina que la sanitaria". "Hay que tratar de contenerlo con una actitud personal", ha señalado recordando que ya se ha decretado el "toque de queda" y se han limitado las reuniones a seis personas.

A su juicio, "lo preocupante no está en el número de infectados" por coronavirus, sino en la presión hospitalaria. "Si puedes controlarla no es tan grave", ha señalado al respecto. Asimismo, ha explicado que en Cantabria, "aunque el número de casos ha subido muchísimo", el 11% de los pacientes con COVID-19 están en UCI y el 8,5% en planta". "Lo preocupante es cuando la presión hospitalaria te impide atender a otras enfermedades", ha sentenciado.

Según los últimos datos ofrecidos por las autoridades sanitarias, en Cantabria se han registrado este domingo 146 casos nuevos de COVID-19, aunque ningún fallecimiento. Además, 16 personas han ingresado en la UCI.