Tras más de dos días esquivando las preguntas sobre Rita Barberá, hoy no lo ha podido evitar más y ha tenido que contestar desde Bratislava, desde donde en seguida ha intentado zanjar el asunto. "Rita Barberá ha abandonado el Partido Popular y el presidente del partido ya no tiene ninguna autoridad sobre ella", ha afirmado el presidente en funciones.

Una respuesta que no convencía pero él no se ha movido. Ha evitado que pedirle que abandone su escaño y, a partir de ahí, generalizaba. "La corrupción es algo que va unido a la condición humana. Le puede ocurrir a cualquiera", ha espetado.

Con su partido señalado, se ha mostrado comprensivo también con el PSOE. "Serán los tribunales los que tengan que decidir lo que ha ocurrido sobre el caso de los ERE", ha dicho. Y de todo esto sacaba algo bueno: "En España no hay impunidad, los tribunales actúan".

Tampoco se ha metido en las luchas internas del PSOE, considerando que "no puedo entrar, ni debo, en el debate que se pueda producir en otro partido". Aunque sí ha aprovechado para volver a presionar con la formación de Gobierno, al afirmar que en Europa "están sorprendidos con la situación que se está produciendo en España".

Dice que quieren volver a elecciones, y eso es algo inaudito.