Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, ha analizado en el programa Espejo Público la situación en Cataluña después de que el Constitucional aceptara a trámite el recurso del Gobierno contra la Ley de Presidencia para investir a distancia a Puigdemont.
El dirigente popular dice coincidir "con la gran mayoría de españoles y catalanes independientemente del planteamiento ideológico que tenga cada uno: es una situación ya un poco ridícula". Para Rajoy, el problema está claro en este caso: "Estamos pendientes de un señor que tiene secuestrada la voluntad del parlament".
"Cataluña necesita un gobierno que no divida a la gente, que intente ser un gobierno de todos y que cumpla la ley", ha pedido el presidente: "Es una urgencia nacional. Está afectando a la inversión extranjera, puede afectar a la economía y al bienestar de la gente". En este sentido, ha calificado de "disparate" que se volvieran a celebrar elecciones en Cataluña.
De esta forma, Rajoy ha afirmado que su "esperanza y confianza es que un hay gobierno a la mayor celeridad" y, según ha señalado, por su parte hará "todo" lo que esté en sus manos para "ayudar a normalizar la situación". En este sentido, el líder del Ejecutivo se ha mostrado dispuesto a "abrir un proceso de diálogo" con el nuevo Gobierno que se forme en Cataluña con una condición: "Sin más límite que lo establecido en la ley".
Rajoy también ha sido preguntado sobre el último auto del juez Llarena, en el que abre la puerta a la posibilidad de rebajar la calificación de algunos delitos que se imputan a varios líderes catalanes. Sobre este cambio en la tipificación, el presidente se ha limitado a decir que "las resoluciones judiciales de los tribunales no debo comentarlas. Los jueces tienen un función, los jueces otras, y por tanto respeto cualquier decisión que tome Llarena".