24 horas después de batalla, toca recuento. Muchas bajas en el hemiciclo, pero la competición se traslada al pasillo, y todos se vieron como vencedores.

No hay ni un solo un tránsfuga. Cada uno apoya al suyo, y la prensa no se decanta por un claro vencedor.

De Rajoy se destaca mucho su promesa laboral de lograr tres millones de empleos. Y de Sánchez, que aguantó el tipo y gustó a los suyos.

El líder socialista se examinaba también fuera del hemiciclo. Salió airoso del que, según anuncian algunos, como Albert Rivera, será el último debate del bipartidismo.

Ni Ciudadanos ni Podemos se sentaron en un escaño, pero aparecieron en el debate. Para Íñigo Errejón, es "el debate del cambio de ciclo".