El cambio de hora está cada vez más cerca. Y, como la Unión Europea lleva planeando desde hace un tiempo, el de este año (de invierno) podría ser el último. Con este viraje, los Estados miembros que decidan quedarse con el horario de verano cambiarían por última vez el reloj en marzo de 2021, mientras que los que elijan el horario de invierno tendrían que volver a cambiar la hora en octubre de 2021.

De este modo, cada país será libre de decidir a qué horario se acoge. Esta medida, aprobada por la mayoría de socios de la UE —410 votos a favor, 192 en contra y 51 abstenciones—, nace de una encuesta en la que el 80% de los europeos se mostraba a favor de la eliminación y prefería la instauración permanente del horario de verano.

No obstante, según la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios, se debería aplicar el horario de invierno para coincidir con los ciclos de la luz: “Nuestro cuerpo está acostumbrado a levantarse con el Sol y a acostarse cuando se pone”, explicaba en 2018 a laSexta Noticias José Canseco, miembro de la entidad.

Ahora bien, si es por la encuesta, los españoles lo tenemos claro: un 93% acabaría con el cambio de hora. Este año, el de invierno se producirá en la noche del 24 al 25 de octubre. A las 3:00 de la madrugada del domingo 25, los relojes se retrasarán una hora y volverán a ser las 2:00. Así, dará comienzo una vez más la etapa en la que amanece y anochece más temprano. Quizá la última vez que vivamos esta experiencia de ‘ganar’ una hora más de sueño.

¿Es eficiente el cambio de hora?

El cambio de hora está regulado en Europa desde el año 2001, y está relacionado con un mejor aprovechamiento de las horas de luz natural y el ahorro de energía. Pero, ¿de verdad es tan grande ese ahorro de energía?

Si atendemos a datos del año 2012 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación propiciado por esta propuesta solo en España supone el 5%, es decir, el equivalente a 300 millones de euros. Pero si miramos a la actualidad, la IDAE no se muestra tan a favor de su mantenimiento: “No existen datos actualizados para demostrar un ahorro", afirmaba el año pasado la organización a la agencia EFE.

En España, más allá de estos cálculos de la IDAE, no existen informes recientes sobre el ahorro de energía del cambio de hora, ya que las nuevas exigencias de eficiencia energética en el alumbrado, en los sistemas de climatización y en los propios edificios han alterado significativamente los análisis que antes se utilizaban para calcular estos ahorros.

En esta línea, ante el cambio que supondrá la nueva normativa Europea, José Canseco, de de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios, insiste: "España no está obligada a dejar de hacer el cambio horario, sino que deja de estar obligada a tener que hacerlo obligatoriamente". Qué decidirá finalmente el país es cosa del año 2021.