La princesa Leonor cumple 18 años este martes, día en el que ha jurado la Constitución ante el Congreso de los Diputados. Con lo que ello implica, como tener una moneda con su rostro. "Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al rey", ha sido el texto pronunciado por la heredera al trono sobre el mismo ejemplar de la carta magna sobre el que acató su padre en 1986.

Será él, Felipe VI, quien protagonice el segundo acto central de esta jornada. Tendrá lugar en el Palacio Real sobre las 13:30 horas. En él, la princesa recibirá el Collar de la Orden de Carlos III. Un abalorio que no es una joya cualquiera. Se trata del collar de la orden que fundó dicho monarca y que, actualmente, es la más alta distinción civil que concede el Estado. Su régimen jurídico se encuentra regulado por el Real Decreto 1051/2002, de 11 de octubre.

Pero la creación de la orden en sí se remonta a 1771, cuando fue impulsada por Carlos III "en agradecimiento por el nacimiento de su primer nieto, que aseguraba la dinastía", según recoge Patrimonio Nocional. Su objetivo era "premiar a las personas que hubieran prestado un especial servicio al rey o a la Corona, independientemente de los títulos nobiliarios de los condecorados".

Dado que Carlos III era especialmente devoto de la Inmaculada Concepción, puso la Orden bajo su amparo, colocando la imagen de la Virgen en el centro de la cruz del collar. De esta forma, se autoproclamó "Jefe y Gran Maestre de la Orden, estableciendo que en el futuro lo serían también sus sucesores".

Más allá de la imagen de la Virgen, la Orden llevaba asociada un lema. Como recoge el Real Decreto, el lema era «Virtuti et merito» (Del latín: ‘A la virtud y el mérito’), "pues serían las virtudes personales y el mérito alcanzado en el servicio a la Corona las prendas personales que debían acompañar a quienes fueran agraciados con tan Distinguida Orden".

Así, el collar "tiene por objeto recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación". La concesión del Collar, grado máximo de la Orden, puede recaer únicamente en las personas que recoge el citado Real Decreto: miembros de la Familia Real, los Jefes de Estado y de Gobierno.

De hecho, fue este collar el que el rey emérito impuso a título póstumo al expresidente Adolfo Suárez en 2014. También el que le entregó el rey Juan Carlos a un entonces príncipe Felipe en 1986, durante una recepción ofrecida en el Palacio Real. Sin embargo, el Collar de la Orden también puede recaer en aquellos ciudadanos españoles que estén en posesión de la Gran Cruz con más de tres años de antigüedad.