Desde el 11-S se ha reforzado la seguridad en el acceso a la cabina de los pilotos, y desde entonces la puerta tiene tres pestillos eléctricos, es blindada y prácticamente indestructible.
Y dentro de la cabina, piloto y copiloto tienen un botón para abrir o bloquear voluntariamente la puerta, ya que sólo se puede abrir de dos maneras: siendo desbloqueada desde dentro o mediante una clave numérica que conoce la tripulación y que solamente marcarán en caso de emergencia, como podría ser una pérdida de consciencia de piloto y copiloto.
Este código de emergencia funciona siempre, salvo con dos excepciones, que puede ser una avería de la puerta, como pasó en enero durante un vuelo de Delta Airlines en el que el comandante no pudo volver a la cabina, y el copiloto tuvo que hacer solo un aterrizaje de mergencia.
O la otra excepción, que desde dentro de la cabina se accione el modo bloqueo en el botón. Entonces, el código será inútil. Ariel Shocron, jefe Departamento Técnico SEPLA, afirma que "siempre podemos condenar esa puerta en caso de que alguien secuestre a alguien de la tripulación que se sepa el código".
Y la situación que maneja la hipótesis principal es que el copiloto bloquea desde el interior del avión voluntariamente la puerta, y por eso el comandante no consigue entrar.
Aunque desde el SEPLA hablan de un plan C de emergencia. Ariel cuenta que "sí hay una manera de emergencia de acceder a cabina", aunque no la pueden contar motivos de seguridad.