La nueva coalición entre PSOE y Podemos se conjura para ir a una con un documento de cinco páginas en el que aseguran que quieren regirse por los principios de lealtad, cooperación y estabilidad del nuevo Gobierno.

Y ante los constantes reproches de la derecha que defiende que "Sánchez no va a poder reformar la Constitución", explicitan su respeto a la Constitución con el siguiente párrafo: "La acción del Gobierno de coalición se desarrollará en todo momento con pleno respeto a la Constitución Española".

Para llevarlo a cabo, en el próximo mes se va a constituir una comisión permanente de seguimiento del acuerdo con el objetivo claro de "revisar el funcionamiento de la coalición y el cumplimiento de los objetivos propuestos". En ella participarán 10 altos cargos del nuevo Ejecutivo.

Por otra parte, también se constituirá una comisión de seguimiento parlamentaria para asegurar los apoyos de los grupos en las distintas instituciones, que "actuarán con unidad de criterio y de sentido de voto en lo que afecte a acuerdos explícitos alcanzados en el programa de gobierno progresista".

Además, con esta comisión quieren asegurarse que los presupuestos no serán motivo de roce entre ambos. "Los grupos parlamentarios de los socios no podrán presentar enmiendas sin el acuerdo previo de las mismas", se puede leer.

El documento también señala que quieren blindar una estrategia de comunicación conjunta. Por último, Sánchez e Iglesias, conscientes de la posibles discrepancias que puedan llegar a tener, hacen hincapié de forma reiterada en la necesidad de buscar soluciones en esta Comisión y en mantener el reparto del Ejecutivo en caso de reestructuración del Gobierno.