Por primera vez desde las elecciones la mesa está preparada para que se siente la izquierda, todo un triunfo para el impulsor del evento, Alberto Garzón. A la cita no irán ni Sánchez ni Iglesias, pero se espera a 23 negociadores de PSOE, Podemos, Compromís, e Izquierda Unida.

El líder de Podemos asegura que están "dispuestos a dialogar sobre todas las cuestiones". Pero los problemas pueden empezar en el primer punto, en ponerse de acuerdo en el qué, el PSOE sólo quiere hablar de  programa.

Y Podemos y sus confluencias condicionan el acuerdo a que el Gobierno sea de coalición. Otro punto que se puede atragantar es el referéndum en Cataluña, Pablo Iglesias asegura que para ellos la consulta "no es una línea roja, es una propuesta".

Pero para el PSOE esa consulta es innegociable. A todo esto se suma otro problema, el tiempo. Quedan pocos días para la investidura y además Pedro Sánchez tiene que preguntar a sus militantes, aunque a día de hoy sigue sin un acuerdo sobre el que consultar.