El magistrado progresista Cándido Conde-Pumpido ha sido elegido nuevo presidente del Tribunal Constitucional (TC), tras obtener seis de los once votos que estaban en juego durante el Pleno que se ha celebrado este miércoles en la corte de garantías.
Por su parte, la magistrada Inmaculada Montalbán, también progresista, ha sido elegida como vicepresidenta del TC también con seis votos a favor y cinco en contra.
Según fuentes del TC, la magistrada progresista María Luisa Balaguer, que se disputaba la presidencia con Conde-Pumpido, ha votado junto con los conservadores, y la nueva magistrada progresista María Luisa Segoviano, que no dio pistas sobre sus intenciones, ha votado con los progresistas dejando fuera la candidatura de Balaguer.
Se trata de una nueva jugada de los magistrados progresistas, que han provocado que los conservadores se hayan quedado sin ninguno de los dos cargos, lo que rompe la costumbre de que sea un magistrado del grupo minoritario, en este caso conservador, quien ocupe este lugar.
La mayoría progresista del TC, reunida ayer martes, no logró consensuar un candidato único a la presidencia del órgano y ninguno de ellos había retirado su candidatura.
Enfado del sector progresista con Balaguer
Según ha podido saber laSexta, en el sector progresista hay ahora un enorme enfado con la magistrada Balaguer, a quien la víspera se le ofreció la Vicepresidencia del Constitucional, que ella rechazó. El bloque progresista cree que, de esa forma, el sector conservador eligió a su candidata, que era Balaguer, rompiendo la tradición de que ambos bloques se repartieran la Presidencia y la Vicepresidencia y votaran por unanimidad.
Al quebrar esa norma, según las fuentes consultadas, el sector progresista decidió proponer la Presidencia y Vicepresidencia con sus dos candidatos y, para respetar la paridad, se eligió a Montalbán, la siguiente magistrada más veterana tras Balaguer, a quien desde el sector progresista ahora reprochan que defienda la "agenda feminista" y haya votado en contra de la vicepresidenta de su "espacio".
Acerca de si la magistrada es o no recuperable para el sector progresista, afirman que depende de ella, aunque confían en que apoye a la mayoría en las votaciones futuras, diferenciando entre la organización del tribunal y los asuntos jurisdiccionales.