La residencia de ancianos de Burbáguena, Teruel, es la que más casos de coronavirus tiene de todo Aragón. Allí los residentes que no han dado positivo están a la espera de ser trasladados a otro centro, siguen haciendo pruebas PCR a residentes y trabajadores y se extreman las medidas para frenar los contagios.

"En el pueblo no hay ningún contagio y eso de alguna manera nos tranquiliza", ha explicado el alcalde de este municipio de poco más de 200 habitantes, Joaquín Peribáñez.

Él vive la preocupación por partida doble. Tiene a varios familiares en la residencia, dos de ellos positivos y uno hospitalizado y sus inquietudes le llegan directamente.

Con un total de 96 personas internas, en la residencia han contabilizado 63 positivos: 16 de ellos están hospitalizados y cuatro son trabajadores del centro. Además, hay tres fallecidos por coronavirus.

El presidente de Aragón, la comunidad que más nuevos diagnósticos notifica, habla, precisamente de un cambio de tendencia. Si antes, asegura, los contagios en las residencias se producían por las visitas de familiares infectados, ahora quienes introducen el virus, dice, son los propios trabajadores.

Javier Lambán sostiene que se da "transmisión comunitaria hecha a través de los trabajadores" y que eso "hace necesario que los propios centros a través de sus centros y sus empleados extremen las medidas".

No obstante, poco después, Lambán ha matizado: "Los trabajadores no tienen ninguna responsabilidad. Tienen todo mi respeto".

De su parte, el Gobierno aragonés pone el protocolo establecido por las consejerías de Salud y Derechos Sociales que, por ejemplo, dotará a cada residencia de una enfermera de atención primaria.

Otras novedades son que, ahora, a estos mayores les corresponderá el centro de salud más cercano a su residencia de ancianos y, además, se prohibirán los paseos fuera de los centros.

Decisiones que se toman porque los últimos datos arrojan 112 contagios en 45 residencias aragonesas y el 80% de los infectados se concentra en cuatro centros.