La celebración mesa de diálogo entre el Gobierno y el Ejecutivo de Quim Torra no ha gustado nada en la oposición, que la ha criticado en distintos términos.

El PP señala que el documento remitido desde Moncloa al término de la reunion"certifica ante todos los españoles el primer pago de la hipoteca política que los separatistas catalanes se cobran a cambio de la investidura de Sánchez".

El partido de Pablo Casado asegura que utilizará "todos los recursos a su alcance" para que "las cesiones" de Sánchez al independentismo "queden en papel mojado".

La nota, defiende que el Gobierno ha cruzado "todas las líneas rojas políticas imaginables en 40 años de democracia" y que Sánchez se somete, punto por punto, al guión independentista diseñado por Oriol Junqueras.

Así como que Sánchez ha escogido "la radicalidad frente a la moderación, el extremismo frente a la centralidad" y ha elegido "romper puentes en vez de aceptar la mano que le ha tendido" Casado.

Poco antes, el vicesecretario de Comunicación de los populares, Pablo Montesinos recalcaba que la comparecencia de Torra en la sala de prensa principal de Moncloa era una nueva "cesión" del jefe del Ejecutivo.

En términos similares se ha expresado Inés Arrimadas en su cuenta de Twitter, quien ha denominado la mesa de diálogo como "mesa de chantaje" y ha señalado que es "un insulto: ni está representada la mitad de catalanes ni más de la mitad de españoles".

Por su parte, desde Vox consideran ilegítima la reunión, tal y como ha expresado Santiago Abascal. "El ilegítimo y el ilegal. Un presidente mentiroso recibiendo y legitimando a un presidente inhabilitados por los tribunales. La foto de la deslealtad máxima", publicó.