Quién vino a robar, según el presidente de la Fundación Francisco Franco, se coló por la puerta aprovechando que entraban los trabajadores de una mudanza. Tras romper el bombín, entraron en la oficina y se llevaron una caja de seguridad con papeles personales.

La Policía, que sigue intentando identificar al autor, y determinar qué había exactamente dentro de la caja, acudió a la fundación cuando sonó la alarma.

Juan Chicharro, presidente de la Fundación, no sabe dice quién pudo hacerlo, pero celebra que no se hayan llevado ninguno de los 30.000 documentos confidenciales del dictador que hay en su sede.

Hace un par de semanas, Equipo de Investigación le pedía al presidente las cuentas del dictador. Les invitó a consultarlas en el Archivo de Salamanca y allí, ni rastro.

La realidad es que sólo hay una copia y está en el archivo de su Fundación. Si el Gobierno ilegaliza la Fundación Franco, les exigirá ese y los otros miles de documentos que alberga.