Es ya casi una tradición. Nuevo Gobierno y con él, nueva reforma educativa. La propuesta de Celaá sería ya la octava Ley de Educación desde 1970.

Se entierra así la LOMCE, la conocida como 'Ley Wert', y se recuperan medidas de la LOE de 2006. Por ejemplo, vuelve ética como asignatura obligatoria y religión se convierte en optativa y no computará en la nota de Bachillerato.

Otra medida es que las comunidades recuperen competencias, sobre todo en el tratamiento de las lenguas cooficiales. Los consejos escolares ganarían también peso en los centros.

Se suprimen las reválidas y los itinerarios, los alumnos tendrán que decidir en 3º de la ESO si tienen previsto estudiar FP o Bachillerato. "No lo entendemos porque ni en Bachillerato saben qué quieren", apunta Camilo Jene, Portavoz de CEAPA.

La propuesta está en su primera fase. Tiene aún que someterse a consulta. Con ella los colegios que segreguen por sexo recibirían menos ayudas y se crearían planes personalizados para repetidores. Los profesores podrían hacerles exámenes diferentes a los del resto.

Todo con el objetivo de que España deje de ser el segundo país de Europa con mayor tasa de abandono escolar.