Nuevo curso y nuevas reglas en los centros educativos: todos los colegios e institutos deben contar con la figura del coordinador de Bienestar y Protección, tal y como queda previsto en la LOMLOE.

Una figura nueva que, según la ley, deberá proporcionar a los alumnos bienestar emocional a todos los niveles. Una figura que además, como destacan desde UNICEF, tendrá un "rol clave" a la hora de la prevención de los casos de acoso y violencia.

Los alumnos ven en este personal una mano amiga que puede ayudarlos a solucionar los problemas desde el primer momento, para que no lleguen a más. Y aunque hasta aquí todo resulta positivo y enriquecedor para el ambiente educativo, el problema llega a la hora de elegir quién debe asumir ese rol.

Son los propios directores de cada centro quienes designan esta misión a uno de sus docentes, pero si no tienen tiempo ni están formados para encargarse de esa función, todo puede quedar en el aire. "Alguno de los maestros puede ser ese referente o coordinador, pero ese maestro tiene que tener, para poder asumir ese rol, todo el apoyo y formación que necesite", explica Laia Pineda, directora del Institut Infància i Adolescència de Barcelona.

Ahí es donde los sindicatos encuentran lagunas. Desde Comisiones Obreras asumen que un curso de 30 horas impartido a profesores que han sido designados de manera obligatoria para hacer estas funciones no es suficiente.

Además, advierten que estos perfiles que contarán con una "escasa preparación" para tratar temas tan serios también tendrán que hacer frente a una sobrecarga de trabajo. "No hay reducción horaria, tampoco hay reconocimiento salarial, se les ha dicho que hagan lo que puedan", denuncian desde el sindicatos.

Por eso, para que esta figura llegue a funcionar como marca la ley, los sindicatos dicen que haría falta contratar a más personal. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, CC.OO. estima esa cifra en 1.216 profesionales nuevos.

En definitiva, contar con los recursos necesarios para que los menores puedan sentirse apoyados y protegidos física y emocionalmente.