Amiga personal de Mariano Rajoy, quien ha acudido a casi todas sus proclamaciones como candidata a la alcaldía, Rita Barberá fue prácticamente el único vínculo directo de Valencia con el Gobierno de España.

Barberá poseía, según sus colaboradores, una personalidad abierta, enérgica, cautivadora y arrolladora, con gran facilidad de palabra y don de gentes y que ha dejado patente hasta el final.

Siempre discreta con sus clásicos trajes de dos piezas y sus perlas, pero fanática de la marroquinería de alto nivel y los zapatos de tacón, Barberá adoraba el rojo y se confesaba amante de la vela.

Periodista de profesión, Radio Valencia, el periódico vespertino Jornada y el periódico Levante la han visto trabajar antes de que asumiera la jefatura de prensa del Gobierno Civil en 1978 y se hiciera cargo del gabinete de la Confederación Empresarial Valenciana.

Separada ya de Valencia, dio el salto a Madrid como senadora territorial, aunque su presencia en ese cargo, mientras le salpicaban asuntos judiciales relacionados con financiación ilegal, delito electoral o blanqueo, hacían que la oposición, incluso en su propio partido, le invitaran a dejarlo.

Finalmente, el pasado 19 de septiembre compareció para anunciar que dejaba el PP pero conservaba su escaño de senadora, lo que dejó una imagen para la posteridad sentada en las últimas filas de la Cámara Alta junto al resto de senadores no adscritos.

En sus años al frente del consistorio, había logrado esquivar casos de corrupción que han afectado a dirigentes del PP, como Emarsa, Nóos y Gürtel, donde según una grabación la trama le regaló un bolso de lujo.

Después de seis legislaturas como alcaldesa de la tercera ciudad de España, en su última etapa tuvo que afrontar también el 'Ritaleaks', sobre facturas de gastos "suntuarios y de lujo".

Vio la dimisión, tras ser procesado en el caso Nóos, de su número dos en la alcaldía, Alfonso Grau, se distanció de él y tuvo que afrontar las críticas por su particular uso del valenciano con el famoso 'caloret'.

Siempre ha estado ligada a la política autonómica, fue candidata a la Presidencia de la Generalitat en 1987 y estuvo al frente del grupo popular en Les Corts Valencianes entre 1987 y 1989.

Cofundadora del partido en Valencia, desde que accedió como diputada en Les Corts en su primer cargo electo, Barberá vio en la política una vocación.