Pere Aragonès ha tomado posesión como nuevo presidente de la Generalitat, en un acto en el que ha recibido la medalla presidencial de manos del expresident Quim Torra y en el que ha prometido su cargo sin menciones a la Constitución ni al rey.

En su primer discurso como presidente, una vez ya ha tomado posesión de su cargo, Aragonès ha indicado que durante su mandato su prioridad será procurar la felicidad de la ciudadanía "sin dejar a nadie atrás", si bien también se compromete "a hacer inevitable la amnistía y la autodeterminación". Aragonès ha dicho que lo dará todo por su parte para hacer posible esta nueva etapa, y ha reconocido que "el país vive un momento trascendente" con "una situación complicada" a todos los niveles.

Durante el discurso, afirmaba que "quien abre paso suele ser quien más se ensucia". Y añadía: "Toca arremangarnos sin miedo de los rasguños. Es hora de deslomarnos cada día como nadie, para superar las sacudidas que dificultan el camino y recuperar, de nuevo la anchura que permite avanzar a todos", ha defendido.

La ceremonia, celebrada al aire libre en el Pati dels Tarongers, espacio emblemático del Palau de la Generalitat cerca de los despachos presidenciales, ha contado con la presencia del ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, así como de tres de los líderes independentistas presos: Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, que han obtenido permisos penitenciarios. Por parte de JxCat, además de Jordi Sànchez, secretario general del partido y pieza clave para desencallar el acuerdo con Aragonès hace una semana, también han acudido la presidenta del Parlament, Laura Borràs, así como Albert Batet y Elsa Artadi.

Entre los invitados -la lista se tuvo que reducir a una cuarentena por las restricciones por la covid- estaban presentes la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, así como diversos líderes parlamentarios, como el socialista Salvador Illa, y otras personalidades políticas.

En cambio, ningún representante de Vox, Ciudadanos y el PPC ha aceptado la invitación para asistir al acto de toma de posesión. Aragonès ha estado acompañado por su esposa, Janina Juli, y su hija Clàudia, de dos años, que han llegado con él al Palau de la Generalitat.

Nada más llegar, Aragonès ha homenajeado a Lluís Companys, presidente de la Generalitat republicana fusilado por el régimen franquista en 1940, dejando un clavel sobre una baldosa en su memoria instalada frente a la entrada del Palau el pasado 15 de octubre con motivo del 80 aniversario de su fusilamiento.

En la entrada en el Palau de la Generalitat ha sido recibido por el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, y tras pasar revista a una formación de gala de los Mossos ha mantenido un breve encuentro con servidores públicos relacionados con la lucha contra la pandemia, de los ámbitos sanitario, educativo y policial. Antes de iniciarse el acto de toma de posesión, para el que se han retirado todas las alfombras rojas habituales en estas ceremonias, el grupo Ginestà ha interpretado la canción "Estimar-te com la terra" (Quererte como la tierra) desde el Patio de Carruajes.

A continuación, en el Pati dels Tarongers, Laura Borràs ha leído el decreto de nombramiento del nuevo president, que ha prometido el cargo, sin menciones a la Constitución ni al rey. "Prometo cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat, de acuerdo con la voluntad popular de la ciudadanía de Cataluña representada en nuestro Parlament", ha proclamado.

Torra, antecesor de Aragonès en el cargo, ha sido el encargado de traspasarle la medalla presidencial, como es tradición en las tomas de posesión en las que hay relevo, si bien en esta ocasión se daba la circunstancia de que el expresident fue inhabilitado el pasado septiembre y llevaba ocho meses lejos del Palau de la Generalitat.

Aragonès, que fue investido el pasado viernes en el Parlament con los votos de ERC, JxCat y la CUP, oficializará mañana martes el nombramiento de sus 14 consellers y ocupará el despacho habitual reservado al presidente en el Palau, que Torra no quiso utilizar al considerar a Carles Puigdemont como "president legítimo".