Sonriente, "tranquilo" y haciendo bromas. Así llegaba Francisco Nicolás Gómez Iglesias este lunes al juicio en el que se enfrenta a casi una década en prisión por presuntamente liderar una trama policial para obtener datos reservados con los que hacerse pasar por miembro del Gobierno, un juicio que se ha visto aplazado al no haberse digitalizado toda la documentación necesaria, que se espera esté lista para este martes.

La defensa de 'el Pequeño Nicolás' y los otros acusados han pedido la nulidad de la causa,argumentando que se accedió a los datos de su teléfono vulnerando sus derechos fundamentales, petición a la que se oponen tanto las acusaciones como el Ministerio Fiscal.

A su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid, 'el Pequeño Nicolás' se mostraba animado ante la prensa e incluso bromeaba con su célebre sobrenombre y los años que se ha alargado el proceso, abierto tras su detención en octubre de 2014 por fingir ser miembro del Ejecutivo y del CNI. "Este año se cumplen nueve desde que pasó todo esto y el año que viene 10, o sea que deseando que termine ya, que en vez de 'el Pequeño Nicolás', el mediano o el grande", ha ironizado.

A preguntas de los medios de comunicación, ha asegurado sentirse "tranquilo" y "optimista" y ha insistido en su inocencia: "Feliz lunes, feliz semana y feliz todo", ha deseado a los periodistas, antes de añadir: "A por la semana, hace solecito, estamos bien".

La Fiscalía pide 9 años y 9 meses de cárcel

Unas palabras que contrastan con la pena que pide para él la Fiscalía, de nueve años y nueve meses de cárcel, por los presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, descubrimiento y revelación de secretos y cohecho activo. Este es, además, el quinto juicio al que se enfrenta 'el Pequeño Nicolás', que ya ha sido juzgado en otras cuatro ocasiones, en tres de las cuales ha sido condenado, aunque ha recurrido esos fallos ante el Tribunal Supremo.

Ahora, se sienta en el banquillo junto a tres policías municipales de Madrid, un guardia civil que trabajaba en la Casa Real y el entonces coordinador de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Emilio García Grande. Según el sumario, dos de los agentes y 'el Pequeño Nicolás' tenían un chat llamado "Departamento de Seguridad Nacional" en el que quedó reflejado cómo les pedía datos reservados por los que luego les pagaba con "lechugas" o "rábanos morados", como se refería a los billetes.

Esa información reservada la usaba posteriormente para hacerse pasar por un alto cargo del Estado y ofrecer ayuda a terceros a cambio de dinero, según las acusaciones que ejercen la Fiscalía, la Abogacía del Estado, la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU) y el propio Consistorio de la capital.