Con la llegada de los pellets a las playas gallegas, comenzaron las tareas de limpieza tanto en el mar como en la arena. No obstante, al mismo tiempo se abrió el debate de la posible toxicidad de estos microplásticos que llegan a la costa procedente de un contenedor caído del buque 'Toconao'.

La Xunta reiteró en diferentes ocasiones que los pellets no tenían ningún indicio de toxicidad, una afirmación que llegó al punto de ser transformada en un primer informe en el que hasta se aseguró que los pellets eran "aptos para el uso alimenticio" y no eran peligrosos.

Sin embargo, tanto la Fiscalía como la Comisión Europea advierten que sí existen indicios de toxicidad. "Presentan indicios de toxicidad, no son biodegradables y no pueden eliminarse", afirman en sus informes.

En respuesta a esos informes, la Xunta publicó un segundo documento de nueve páginas afirman hasta 7 veces que ''no es una sustancia o mezcla peligrosa''. Eso sí, en esta ocasión matiza que en caso de vertido accidental ''hay que evitar el contacto con la piel, los ojos y la ropa'' y recomiendan ''usar gafas de protección y guantes''.

Ahora bien, ninguno de estos informes están hechos analizando las bolitas de las playas del noroeste de España. Están elaborados a partir de la información de la ficha técnica de las etiquetas del fabricante de los plásticos. El primer estudio de estas bolas recogidas del mar lo han realizado en la Universidad de A Coruña y han confirmado que los pellets sí tienen riesgos.