Pedro Sánchez desafía sin rodeos a sus críticos en el PSOE, afirmando que "puede haber personas que consideren que con su liderazgo el partido estaría mejor", y explicando que deben presentarse al congreso federal.

La cita, si el comité federal lo aprueba, iría precedida de unas primarias, un órdago de Sánchez para acabar con el debate interno sobre si abstenerse o intentar un gobierno. El líder socialista pide que el partido tenga una única voz después de muchos años, y esa voz, la de Pedro Sánchez, apuesta por intetar un ejecutivo con Podemos y Ciudadanos que, como el mismo percibe, no cuenta con todas las simpatías.

Y por eso traspasa a la militancia la responsabilidad de dedicir el resultado de la batalla orgánica en el PSOE.

El calendario de Sánchez cierra el paso a posibles oponentes, con las primarias en menos de un mes, el 23 de octubre, una semana antes de la convocatoria electoral. El ganador se ratificaría el 4 de diciembre, cinco días antes de arrancar la hipotética campaña electoral si se reforma la ley y vamos a las urnas el 18.

El anuncio de primarias ya ha tenido consecuencias: Susana Díaz ha convocado para el jueves a la plana mayor del PSOE para decidir que votarán el próximo sábado en un Comité Federal en el que Pedro Sánchez no ha aclarado si se marchará si no sale adelante su propuesta.