Sánchez, que ha recordado que él ha dimitido dos veces, como secretario general del PSOE y como diputado, ha señalado que entiende que los procesos de asunción de responsabilidades políticas son "muy difíciles", pero que hay que "asumirlos en primera persona" y que la militancia "no tiene que ser juez, tiene que ser testigo".
Tras apuntar que él vive en la misma casa que antes de ser secretario general del PSOE y que espera seguir viviendo en ella "durante mucho tiempo", Sánchez ha reivindicado su dimisión en 2016 como un "ejercicio de coherencia que reconcilió al PSOE con capas electorales progresistas" que, en su opinión, precisamente era eso lo que demandaban.