El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha justificado su retraso para llegar al desfile del 12 de octubre, que ha provocado que los Reyes tuvieran que esperarle, asegurando que él ha abandonado Moncloa a la hora que le habían indicado.

"He salido a menos cuarto, cuando me han dicho", ha explicado a los periodistas durante la posterior recepción en el Palacio Real ofrecida por Felipe VI y la Reina Letizia.

El retraso en la llegada del presidente del Gobierno ha provocado que los Reyes hayan retrasado un poco su bajada del coche oficial para que el jefe del Ejecutivo se uniera a la comitiva que tenía que recibirlos, entre ellos la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Teodoro López Calderón.

Cuando el coche oficial con Don Felipe y Doña Letizia ha llegado a la plaza de Lima, se ha podido escuchar a los servicios de protocolo de Casa Real pidiendo que no se abrieran las puertas del vehículo porque el presidente no estaba. Sánchez ha llegado en ese momento --pasados unos minutos de las once de la mañana-- y ya entonces los Reyes han descendido del vehículo y dado inicio oficial a los actos.

El jefe del Ejecutivo ya recurrió a esta estrategia el año pasado para intentar hacer coincidir su llegada con la de los Reyes y evitar así los abucheos que tradicionalmente le dedican una parte de los ciudadanos. En cualquier caso, el retraso no le ha librado de los pitos, abucheos e incluso insultos de una parte de la ciudadanía, que ha pedido a gritos su dimisión.

Sobre el retraso de Sánchez se ha pronunciado también en conversación con los periodistas durante la recepción el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien ha considerado que seguramente no ha sido un retraso "intencionado".

También ha terciado en la polémica el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que ha considerado que si se ha producido ese retraso "seguro que hay una explicación más que justificada", mientras que el ministro de la Presidencia, Féliz Bolaños, ha considerado que es algo anecdótico.

A la recepción, para la que se habían cursado unas 2.500 invitaciones y a la que se calcula que han asistido unas 1.500, han acudido todos los miembros del Gobierno, salvo la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, de viaje oficial en Washington, y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, así como la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, cuyo embarazo está en la recta final.