Pedro Sánchez es tajante: "El acoso, las amenazas y los insultos no tienen cabida en nuestra sociedad". De esta manera se ha referido el presidente del Gobierno al acoso que han sufrido estos días el vicepresidente Pablo Iglesias, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y sus hijos cuando pasaban unos días de vacaciones en Lena, Asturias. Una circunstancia que les ha obligado finalmente a dejar la casa en la que se hospedaban.

"Frente al odio y la intolerancia siempre defenderemos el respeto, la democracia, la libertad. Mi cariño y solidaridad a Pablo Iglesias e Irene Montero", ha proseguido el presidente del Gobierno, que no ha dudado en salir en defensa de la familia, que no han dejado de recibir amenazas e insultos en las redes sociales, donde se llegó a compartir la localización de su vivienda vacacional.

Esto llevó a que el acoso se reprodujera en pintadas amenazantes, insultos y la presencia de numerosas personas de extrema derecha en los alrededores de la vivienda. Sánchez no ha sido el único dirigente del Gobierno de coalición en exponer públicamente su rechazo a la situación que han vivido Montero, Iglesias y sus hijos en Asturias. Otros ministros también les han mostrado su apoyo a través de redes sociales.

Entre ellos, José Luis Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana: "Rebajar la gravedad del acoso al vicepresidente y a la ministra equivale a normalizar la intimidación y el fascismo. Ni son protestas legítimas ni son escraches. Ninguna democracia ampara el hostigamiento por motivos ideológicos".

También el ministro de Justicia, Juan Carlos Campos, ha destacado que "el acoso político no cabe en una sociedad democrática" y ha mostrado su "solidaridad hacia Iglesias, Montero y sus hijos", así como su "absoluta repulsa a los intolerantes".