El Gobierno de Pedro Sánchez no puede estar teniendo un fin de curso político más intenso. Este sábado, el presidente del Gobierno compareció tras el Consejo de Ministros Extraordinario en el que se prorrogó y amplió el plan anticrisis por la guerra de Ucrania, en el que se busca ayudar a paliar los efectos en los precios que las familias españolas están sufriendo por una inflación que no deja respirar.

Del discurso de Sánchez llamaron la atención tres factores por encima de todo: el nuevo impuesto a las empresas energéticas, la ayuda de 200 euros para colectivos vulnerables y la definición de Sánchez de su propio Ejecutivo, al que catalogó como "molesto para determinados intereses económicos". Estas medidas, reclamadas por parte de Yolanda Díaz en la previa de este acuerdo, llegan tras las críticas por los resultados en Andalucía y con la mirada puesta en la cumbre de la OTAN, que marcará la agenda de Sánchez durante la próxima semana.

"Las cargas de esta situación tan dolorosa deben distribuirse con justicia y deben aportar más los que están en mejores condiciones", aseguró el presidente del Gobierno, en la línea de lo avanzado por la portavoz Isabel Rodríguez en Al Rojo Vivo. Sin embargo, habrá que esperar al 1 de enero de 2023 para que una de las medidas más agresivas de esta comparecencia entre en vigor, aunque sí afectaría al ejercicio de 2022.

En total, más de 15.000 millones de euros de ayudas para que los ciudadanos puedan hacer frente a una inflación que sigue sin dar muestras de un relajamiento ahora que llega el verano. Fue la ayuda de 200 euros la que más costó sacar adelante entre los miembros de la coalición, ya que Unidas Podemos proponía que la ayuda fuese de 300 euros para rentas de hasta 30.000 euros, aunque el resultado final se ha visto con satisfacción por parte de la formación morada.

En cuanto a ese último punto, el del Gobierno "molesto", Sánchez calificó como "evidente" que el Ejecutivo es "muy incómodo" para "determinados intereses económicos que tienen sus terminales mediáticas y sus terminales políticas", algo que cree que "cualquier persona que lo analice con un mínimo de objetividad lo puede ver".

Son medidas, palabras y posiciones que se toman por parte del Gobierno ante una cumbre de la OTAN que será el examen definitivo para el Ejecutivo, su EBAU particular antes de dar prácticamente carpetazo a este curso y pasar a septiembre en otro escenario. Antes de volar a Madrid, los líderes mundiales están en Berlín para una cumbre clave del G7 envuelta en la polémica. Un momento convulso a la espera del fin de una guerra que parece no tener fin temprano.