Pedro Horrach defiende a capa y espada la independencia de los fiscales: "Tenemos armas suficientes e independencia suficiente como para poder oponernos a las órdenes que recibamos".
Pero un cambio en el sistema de elección serviría para eliminar cualquier sombra de sospecha: "Siempre he apostado por un fiscal parlamentario. El hecho de que le elija el parlamento y no el Gobierno le dota de imparcialidad y transparencia".
Su papel como fiscal en el caso Nóos le puso en el ojo del huracán. Muchos dudaron de su imparcialidad y llegaron a acusarle de proteger a la Infanta Cristina."Escuchar de forma reiterada que me trataban como un títere al servicio de determinados intereses me dolió", ha señalado.
Cuando se le pregunta por posibles presiones durante la instrucción, Horrach sentencia:"No he tenido contacto ni con el Gobierno ni con la Casa Real".
Igual de inflexible se muestra ante las injerencias políticas. En concreto, las que llevó a cabo el exministro Fernández Díaz con el anterior director de la Oficina Antifraude de Catalunya para sacar los trapos sucios de varios partidos independentistas: "No se puede permitir ningún tipo de injerencia desde el Gobierno sobre la actuación de la Fiscalía. La respuesta debería haber sido el cese inmediato".