Es oír el nombre del extesorero y sus papeles, y se hace el silencio en el PP. Y no sólo hoy, últimamente los dirigentes populares hacen oídos sordos al caso Bárcenas, pero no siempre fue así.
Cuando aparecieron los famosos papeles del extesorero, muchos populares corrieron a desacreditarlos. Entonces aseguraban que todo era mentira e insistían: en el PP sólo había una contabilidad.
Pero un día algo cambió y algunos apuntes contables empezaron a ser confirmados ante el juez. La Policía empezó a dar por buenos los papeles.
Bárcenas fue a la cárcel, y entonces pasó a ser un chantajista que no iba a coaccionar al partido, según decían algunos.
Pero la presión fue subiendo. Buena muestra de ello fue la comparecencia de Rajoy en el Senado el 1 de agosto. En su discurso, el presidente admitió que se había equivocado con el extesorero.
Desde entonces, carpetazo. En el PP lo dan por zanjado, y así Barcenas pasó de extesorero a delincuente, y ahora ya a no contar nada.