Ada Colau podría volver a ser alcaldesa de Barcelona después de que sus bases hayan elegido con un 71% de los votos que Barcelona en Comú pacte con el PSC de Jaume Collboni y acepte los votos de Manuel Valls en la investidura.

La candidata de Barcelona en Comú ya afirmó que no se siente cómoda con los votos favorables de Manuel Valls, pero también se justifica explicando que ellos no han negociado con el candidato de Barcelona pel Canvi – Ciutadans y que cada partido decide libremente qué hacer con sus votos.

De esta manera, Colau puede ser la alcaldesa pese a no ser la fuerza más votada en las elecciones municipales de Barcelona, donde el candidato de ERC, Ernest Maragall, fue el que más votos obtuvo. Sin embargo, los Comunes ven legítimo hacerse con la alcaldía porque los dos partidos obtuvieron los mismos escaños.

En este pactómetro puedes comprobar todas las opciones que hay en la capital catalana para formar gobierno. El acuerdo más amplio podría ser el tripartito progresista que defiende Colau pero que rechazan tanto PSC y ERC, ya que se haría con 28 de los 41 concejales.

El PSC se vuelve clave en estos pactos de Gobierno toda vez que el acuerdo entre Colau y Maragall, que ofrecía una legislatura compartida en la que cada uno tuviera la alcaldía durante dos años, no alcance la mayoría absoluta por un concejal.

Con este escenario, la inesperada reacción de Manuel Valls ofreciendo sus votos para que los 18 concejales de PSC y Barcelona en Comú conformen mayoría absoluta parece que van a ser decisivos para conformar gobierno.

El partido de la alcaldesa de la última legislatura defiende que "la alcaldía es fundamental para marcar las prioridades y liderar las políticas valientes" y afea a ERC que haya hecho su propuesta de dividir la alcaldía cuando las bases ya habían sido llamadas a votar.

Hay que recordar que en la anterior legislatura ya hubo un intento de Colau por gobernar con el PSC, pero al final terminaron rompiendo su relación. La explicación que dan desde los Comunes es que, pese a que las políticas para la ciudad iban bien, la aplicación del 155 hizo que terminara la colaboración.

Por eso, durante toda la campaña y el tiempo de pactos poselectorales, Colau se ha esforzado en pedir a PSC y ERC que olviden las políticas nacionales y centren sus esfuerzos en políticas de ciudad que permitan llevar a cabo ese tripartito progresista.

Sin embargo, precisamente es el ámbito nacional el argumento que esgrime Collboni para no pactar con Ernest Maragall, ya que según considera, éste quiere convertir la ciudad en un impulso para el independentismo.